El accidente de metro de Valencia, del que este mes se han cumplido cuatro años, es el nexo de la obra "Zero Responsables", estrenada ayer sobre un escenario de la Universitat, que ha reunido a 41 profesionales del teatro. En uno de sus actos, el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y su mujer, Isabel Bas, son interpretados y ridiculizados, sin cortapisa, como dos seres enfermizos.

Con el ánimo de provocar: conciencias, polémica, análisis ante la falta de responsabilidades en un siniestro en el que murieron 43 personas y otras 47 resultaron heridas, la representación se muestra como una sátira -sin incluir textos sobre "las víctimas ni sobre el accidente por ser doloroso", comenta Pedro Montalbán, uno de los autores - al más puro estilo de los directores Dario Fo o Albert Boadella.

"No estamos ante una obra de teatro denuncia o de teatro político con voluntad de inmediatez o circunscrita a la tragedia: lo que nos ha movido a los autores ha sido un deseo de acercarnos, a partir de este hecho, a las circunstancias que hay detrás de las decisiones que tomamos cada día. Reflexionar sobre la asunción, o no, de las responsabilidades cotidianas" indica el manifiesto firmado por el colectivo, entre quienes hay premios de teatro Max o actores que trabajan para la Generalitat. Por primera vez, se realiza un montaje de estas características en Valencia.

De entre ellos, destaca por su condición de vicerrector de Cultura de la Universitat de València, el dramaturgo Josep Lluís Sirera, quien explicó que esta institución académica tiene como uno de sus principios "ser un espacio de reflexión, de libre creación y acoger todo tipo de opiniones. La sala teatral Matilde Salvador -en donde se representa esta obra ayer, hoy y mañana- acoge proyectos de calidad y prestigio de producción propia o externa" como es el caso.

Sirera, que señaló que el rector Esteban Morcillo estaba informado del evento, añadió: "La libertad de expresión siempre está amenazada, pero en este país la hay".

No obstante, algunos actores comentaron ayer que el Rectorado había recibido presiones de la presidencia del Consell, desde donde se trasladó a la Universitat cierta preocupación por la obra.

El líder socialista Jorge Alarte siuguió ayer en primera fila la representación, que incluye un acto final de 12 minutos, de Paco Zarzoso, en el que dos actores representan a Camps y su mujer -a la que denominan "bruja negra", al igual que a la alcaldesa-, a punto de visitar al Papa en el Vaticano para pedirle que esconda el libro de averías del suburbano, guardado en su rebotica. A cambio, le regalará el Santo Cáliz. El presidente es representado como un neurótico, empastillado, lleno de temores y remordimientos que no puede vivir sin el asesoramiento de Álvaro Pérez, "el bigotes".