Los familiares de los nueve represaliados ejecutados durante la dictadura franquista podrán dormir mucho más tranquilos ahora que sus cadáveres ya no son un número más en una fosa común de un cementerio valenciano. Sus restos ahora tienen nombre y apellidos: José Bertolín Cubero, Fernando Durango Palacio, José Martínez Belmonte, Antonio Delgado Mir, Antonio Delgado Viadera, Pedro Navarrete Gracia, Francisco Dolz Escrich, Ernesto Marco Escart y José Martínez Rivera.

Entre los ejecutados, destaca Antonio Delgado Viadera, un actor de teatro ambulante, quien precisamente actuó poco antes de su muerte en esta misma localidad, Albalat dels Tarongers, donde han reposado sus restos durante más de 50 años en una fosa "anónima y clandestina". Tanto él como los otros ocho fallecidos fueron asesinados por su apoyo a la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón (AGLA) en Teruel.

Durante los últimos días de trabajo en la excavación, a finales de junio, los familiares de las nueve víctimas pudieron visitar la fosa para poder velar de cerca a sus seres queridos después de tantos años sin saber su paradero.

Asimismo, se han tomado muestras biológicas a los familiares para cotejarlas con los restos cadavéricos hallados y así proceder a la identificación genética de cada uno de los fallecidos. Finalizado el proceso de identificación, los restos humanos se restituirán a los familiares para su posterior traslado y entierro digno con sus seres queridos donde ellos deseen. "Esperamos que a finales de año podamos entregar los restos a sus respectivas familias", apuntó Manuel Polo.

Desde 2005 las diferentes exhumaciones arqueológicas realizadas por el Grupo Paleolab han permitido recuperar e identificar a 33 desaparecidos durante la represión de la dictadura sobre la agrupación guerrillera y la población civil que apoyó al Maquis, según apuntaron fuentes de Paleolab.