La juez que investiga el accidente del metro de 2006, Nieves Molina, ha pedido a Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) que informe «si conserva piezas de la unidad siniestrada y, si es así, que proceda a identificar las mismas e informe del tamaño de éstas», reclama la magistrada en el escrito que ha recibido FGV.
La petición de la jueza se produce después de que los fiscales que intervienen en la causa del metro, Sandra Bonet y Vicente Torres, solicitaran a la juez que «se requiera a FGV para que remita al juzgado la totalidad de las partes de la UTA 3736 que tengan almacenadas y con reseña de la parte de que se trata y función de la misma». Los representantes del ministerio público también han reclamado que «se acuerde el depósito de estas piezas en las instalaciones de Adif en Valencia, en calidad de depósito judicial, para su examen, en el momento que corresponda, por parte del perito judicial», según lo dispuesto en el auto de la Audiencia Provincial del pasado 20 de enero que reabría la causa. FGV remitió ayer al juzgado la información solicitada por el juzgado, según confirman fuentes de la empresa.
La petición de la magistrada y la fiscalía se produce después de que Levante-EMV publicara el pasado 26 de enero que la empresa ferroviaria conserva piezas del tren accidentado aunque oficialmente aseguraba que la unidad de tren articulada (UTA) 3736, la que descarriló y en la que viajaban los 43 fallecidos, «se desguazó, se trasladó al chatarrero y está destruida. No se guarda ninguna pieza del tren siniestrado».
Sin embargo FGV sí que conserva restos de la unidad siniestrada, como demuestran las fotografías publicadas por Levante-EMV hace dos semanas. Se trata de una «engrabación», una pieza que es «como el cambio de marchas o la transmisión de un coche, el eje del motor que encaja sobre una diferencial con piñones». El fragmento de la UTA 3736 estaba inicialmente a la intemperie, en el exterior de los talleres de Valencia Sud, sobre un palé de madera y arrimada a la pared de una nave, pero posteriormente se reubicó en otra zona del recinto ferroviario. Se puede identificar perfectamente que la voluminosa pieza pertenecía a la unidad del accidente porque de ella cuelga un cartel con la inscripción «UTA 3736 (colisión Jesús)», como se puede ver en las imágenes que este periódico vuelve a reproducir por su interés.
A pesar de que aseguraba que no conservaba ninguna pieza, FGV sí que había informado al juzgado en 2008 que iba a conservar diferentes elementos «para poder ser utilizados como repuestos en otras unidades de la misma serie: cuatro reductores, dos motores, chopper de tracción-freno, tarjetas de control del equipo de tracción freno y el convertidor estático», según el escrito remitido por el área jurídica de FGV a Instrucción 21, tras desguazar el tren con dos recursos de las víctimas pendientes.
El hecho de que FGV conservara tantas piezas de la primera unidad siniestrada para reutilizarlas confirma la acuciante necesidad en los talleres de Valencia Sud de piezas de repuesto para las UTA serie 3700, a pesar de que varios directivos de FGV negaron en la comisión de investigación que se usaran piezas de repuesto o segunda mano. Es el caso del jefe de talleres de Valencia Sud en 2006, Luis Domingo Alepuz, quien declaró en las Corts que «todos los repuestos que se montan en las unidades de tren se sacan del almacén y son nuevos. Vamos, en el almacén se puede ver claramente que no existen repuestos de segunda mano ni usados».
