El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), la empresa pública del Ministerio de Fomento que construye las líneas de Alta Velocidad, adjudicó por 18,6 millones de euros los dos tramos del Corredor Mediterráneo entre Castelló y Vandellòs (Tarragona) que estaban bloqueados desde que el 18 de febrero la entidad pública empresarial ordenara atrasar más de un mes la apertura de las ofertas presentados a estos contratos cuya licitación se inició hace seis meses.
Con esta adjudicación el departamento de la ministra Ana Pastor ha decidido finalmente que los 159 km de doble vía entre Castelló y Tarragona sean sólo en ancho internacional (1.435 mm), desoyendo al Puerto de Valencia y al grupo de presión empresarial Ferrmed, así como también al Puerto de Tarragona, que solicitaban la instalación en este tramo del tercer carril que permita circular a los convoyes de ancho ibérico (1.668 mm) en tanto que Renfe y las operadoras privadas no renueven los 90 trenes de mercancías que circulan semanalmente por este tramo.
Si este material rodante no se adapta al ancho europeo cuando concluyan las obras dentro de 15 meses, el tramo entre Castelló y Vandellòs será una «isla» que impedirá a los convoyes de mercancías del puerto de Valencia circular hacia Barcelona y Europa por el Corredor Mediterráneo.
Los dos contratos que fueron desbloqueados ayer por el Consejo de Administración de ADIF incorporarán suministros por valor de 39,1 millones, lo que eleva la inversión a 57,8 millones. Las adjudicaciones se refieren a las actuaciones en vía y electrificación para la implantación del ancho estándar entre Vinaròs-Vandellòs y Castelló-Vinaròs.
El contrato de Vinaròs-Vandellòs, un tramo de 70 km, ha sido adjudicado a la Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por las compañías Acciona Infraestructuras, el grupo presidido por José Manuel Entrecanales, y Comsa por un importe de 7.176.220 euros. El presupuesto base de licitación era de 11.583.516,7 euros, por lo que se ha firmado con una baja de 4,4 millones, un 38 % menos.
Contrato para Florentino Pérez
Por su parte, el contrato referido al tramo Castelló-Vinaròs, con un presupuesto de 11.470.800 euros, ha sido adjudicado a la UTE integrada por las empresas Vías y Construcciones „perteneciente al grupo ACS que preside Florentino Pérez„ Torrescámara y Cía de Obras, y Electren. Este contrato se ha adjudicado por seis millones menos que el presupuesto de licitación, lo que supone una baja del casi el
35 %. El criterio principal de estos dos concursos abiertos es la oferta más ventajosa económicamente.
Según un comunicado de Fomento, entre Castelló y Vandellòs «se implantará el ancho de vía estándar en una longitud aproximada de 159 km, mediante el uso de la traviesa polivalente instalada actualmente en la traza», lo que deja abierta la posibilidad de instalar el tercer carril que permitiría habilitar el ancho ibérico que reclaman los puertos y Ferrmed como solución temporal al aislamiento.
Los trabajos también comprenden la adaptación de las instalaciones para la explotación de convoyes de mercancías de 750 metros de longitud. Así, en los 77 km del tramo Castelló-Vinaròs, se adecuará una vía para estacionamiento para estos trenes de gran capacidad en las estaciones de Les Palmes y Santa Magdalena de Pulpis.
Parón entre Moncofa y Castelló
Mientras tanto, las obras de renovación de la vía y la catenaria en el tramo de 20 km entre Moncofa y Castelló iniciadas a finales de enero están prácticamente paralizadas mientras se desarrolla el proyecto de seguridad. En este tramo se instalará una doble vía en ancho internacional. En la más próxima al mar se tenderá un tercer carril para permitir circular en ancho ibérico Esta obra las fue adjudicada por 21,4 millones a al grupo de Florentino Pérez.
Los mercancías de Valencia deberán dar un rodeo por Madrid
La «isla» de ancho europeo entre Castelló y Tarragona obligará a los 90 trenes de mercancías que circulan cada semana por Valencia, si no adaptan los ejes de sus locomotoras y vagones al ancho europeo, a dar un rodeo de cientos de kilómetros por Albacete, Madrid y Zaragoza para llegar hasta Barcelona y de ahí a Europa. Esto aisla al Puerto de Valencia, que perderá competitividad. El 70 % de estos mercancías están operados por Renfe y el resto por firmas privadas. El coste de adaptar el material rodante es enorme en tiempos de crisis. Renfe calcula que modificar los 34 trenes de pasajeros que a diario recorren este tramo le costará 1,5 millones por convoy. La otra opción sería modernizar la vía Sagunt-Teruel-Zaragoza como salida alternativa desde el puerto de Valencia hasta que progresivamente se adapten los mercancías, pero mejorar este tramo sin electrificar y con fuertes pendientes costará 42,8 millones según la Generalitat. Levante-EMV valencia
