Como enfermera del hospital La Fe, en el que vengo trabajando desde hace 21 años, quiero expresar mi desánimo ante el futuro de este centro sanitario, habida cuenta de que, durante los últimos dos meses, las Urgencias han estado desbordadas y las plantas al 100 % de ocupación sin que la dirección del centro haya tomado ninguna medida ni realizado ninguna contratación de personal para hacer frente a este colapso.

La situación de abandono y desprotección que hemos vivido tanto yo como el resto de las enfermeras estos meses de enero y febrero ha colmado el vaso de una larga cadena de deterioro de la atención sanitaria, propiciado por una dirección cuya única respuesta es mirar hacia otro lado y continuar con su política economicista y de ahorro a costa de la atención que recibe el paciente.

El Hospital La Fe de Valencia se inauguró hace más de 45 años, convirtiéndose en pocos años en hospital de referencia de la Comunitat Valenciana y centro pionero a nivel nacional en muchas especialidades. Las enfermeras que trabajamos en La Fe nos sentimos orgullosas de haber contribuido, con nuestra labor diaria, a que el hospital alcanzara el prestigio y reconocimiento del que actualmente disfruta.

Por ello, cuando en 2010 La Fe se trasladó a las nuevas instalaciones del Bulevar Sur, asumimos este cambio con ilusión y confianza, convencidas de que, con nuestro trabajo, seguiríamos contribuyendo a mejorar la salud de los valencianos y a que el hospital creciera en calidad y excelencia.

Sin embargo, pronto nos dimos cuenta de que nuestra labor diaria chocaba contra algunos obstáculos. Largos pasillos que retrasan la llegada a las habitaciones, aumento del trabajo burocrático que resta tiempo a la labor asistencial con el enfermo, Urgencias pequeñas para atender a tantos enfermos.

Esta situación se ha visto agravada en los últimos tres años. Con la excusa de los recortes, han disminuido los medios materiales, hay menos enfermeras en los Servicios y Unidades, no se sustituyen las bajas por enfermedad y las jubilaciones hasta pasado bastante tiempo, se han llevado a cabo cambios organizativos y en la gestión que han reducido el papel de las direcciones de enfermería. Ante todas estas condiciones de trabajo y la falta de recursos humanos, las enfermeras nos sentimos cada día más impotentes para ofrecer a los enfermos unos buenos cuidados con los recursos con los que contamos actualmente.

Espero que la dirección del centro reconsidere su postura y empiece a pensar un poco más en los usuarios y en los profesionales que trabajan para ellos. Solo queremos trabajar en condiciones y estar satisfechas de la atención que ofrecemos a los enfermos. Queremos volver a sentirnos orgullosas de trabajar en el hospital de referencia de la Comunitat Valenciana, aportando nuestro trabajo para que el Hospital La Fe crezca y mejore.