¿Hasta dónde llega su satisfacción o su frustración tras el informe de las pruebas PISA 2009?

Estamos en una media razonable. Hay quien dice que son malos resultados, yo no entro en el punto de vista de cada cual. El sistema educativo español ha mejorado extraordinariamente en los últimos años y estoy convencido de que vamos en la dirección adecuada.

Hemos mejorado en comprensión lectora respecto a las pruebas de 2006, y aún así seguimos por debajo de la media.

En toda Europa la capacidad lectora es un problema, no es por tanto algo que nos atañe exclusivamente, pero sí, claro que hay que mejorar. Hay que poner en marcha planes de acción porque un ministro no está aquí solo para levantar acta de lo que ocurre.

¿Se fía de PISA?

Me fío y valoro muchísimo esas pruebas que, no hay que olvidarlo, se realizan por encargo del Gobierno de España. Son pruebas diagnósticas que necesitamos y que queremos. No me tomo PISA como un mero elemento de clasificación, sino como una referencia muy importante para decidir políticas educativas.

Las comunidades del Norte sacan mejores "notas" que las del Sur. ¿Estamos de nuevo ante dos Españas?

Hay aproximadamente un 4 por ciento de diferencia de resultados entre comunidades autónomas, lo que indica que tenemos cohesión territorial.

Insisto. Las comunidades del Sur son las que obtienen, sin excepción, los peores resultados. Por algo será.

Porque las diferencias educativas no se agotan en el ámbito escolar. Aquellas comunidades que tienen una realidad productiva centrada en determinados sectores como son la construcción o el turismo son las que historicamente presentan mayores índices de fracaso escolar. Hay razones profundamente sociológicas en todo esto.

¿Las familias marcan el camino escolar de sus hijos?

Es sorprendente cómo algunos elementos relacionados con el número de libros que hay en casa o el grado de estudios de los padres condicionan los resultados de los escolares en las pruebas PISA. El ambiente en el hogar es fundamental, sigue habiendo familias que parece que se dan por satisfechas cuando el hijo termina la Secundaria obligatoria. Nosotros trabajamos la igualdad de oportunidades pero no solo se educa en horario escolar. Me parece determinante lo que el entorno del alumno espera de él, las expectativas.

Es curioso que las comunidades que invierten más dinero por alumno no son en muchos casos las que logran mejores resultados.

No voy a negar que la inversión sea importante, pero lo que hay es que invertir bien y evaluar, para comprobar hasta dónde llegan esos resultados. Las reglas geométricas no siempre funcionan, ni con los datos en la mano podemos hacer un análisis político a nivel educativo. El mensaje es que educa toda la sociedad y que la implicación familiar es decisiva.

Las pruebas PISA demuestran que no hay mucho "alumno desastre" pero que hay muy pocos alumnos de excelencia.

Es un problema del sistema.

¿Por qué esa falla?

Constatamos que a nivel nacional el porcentaje de excelencia es bajo. Está claro que es preciso abordar políticas más determinantes con los alumnos de más altas capacidades, porque mejorar el rendimiento académico no es solo luchar contra el fracaso o poner especial atención en los alumnos que necesitan más ayuda.

En las pruebas de Diagnóstico del Ministerio y, aunque en menor medida, en las pruebas PISA los resultados asturianos están por encima de la media nacional. ¿A qué lo atribuye?

Tiene mucho que ver con la idea del esfuerzo, con la valoración de la educación, que no es igual en todas las comunidades.

O sea que, para bien o para mal, somos rehenes de nuestra Historia.

Sin duda, pero esto no nos debe impedir que sigamos actuando, interviniendo. Yo no me conformo con la tesis histórica.

Hay profesores que darían cualquier cosa por escapar de las aulas.

Hay casos y casos. Conozco a profesores que lloran de pena cuando tienen que jubilarse. Estamos ante una profesión muy exigente y entiendo que pueda haber desaliento. La clave de los éxitos educativos se sostiene principalmente en el profesorado, mucho más que en el ministro de turno.

Ése es un mensaje que probablemente no les llegue. No hay profesión con más baja autoestima.

Es importante que la sociedad arrope al profesor, que se sientan reconocidos y valorados, pero creo que hay que evitar en lo posible ese discurso del lamento. Dar clase no es fácil, lo digo por ejemplo por esos miles y miles de docentes que tienen a su cargo clases con chicos de la ESO, en esas edades en las que emerge un discurso propio en el joven, alumnos que hacen valer sus derechos, que cuestionan, que interrogan... Comprendo que muchos docentes tienen esa permanente percepción de que su esfuerzo no siempre se valora. Aparte de que es muy propio del profesorado dudar de uno mismo. Pero también le digo que hay muchos, muchos profesores a los que les encanta trabajar con alumnos de esas edades en Secundaria.

En el actual contexto educativo español, ¿no es de muy valientes abordar la enseñanza obligatoria hasta los 18 años?

Lo que tratamos es de prolongar la formación el mayor tiempo posible. En España el índice de escolarización entre los niños de 3 a 6 años es prácticamente del cien por ciento, pero no es una etapa escolar obligatoria. Para que algo ocurra no tiene por qué ser obligatorio, simplemente basta con que la población lo considere útil. La tendencia es a ampliar el marco; ya hay países en Europa con escolarización obligatoria hasta los 18, como es el caso de Portugal.

Por cierto, con muy buenos resultados en el último informe PISA...

Es verdad, lo que demuestra que hay que aprender de todos. El reto es crear condiciones para que la formación se mantenga el mayor tiempo posible. Mandar a un chaval a trabajar sin una buena formación es peligro futuro de ERE.

Para eso está la Formación Profesional.

Es una de nuestras prioridades. Vivimos una época en que los jóvenes actuales van a tener siete u ocho trabajos a lo largo de su vida laboral, eso ya ocurre en países de enorme desarrollo. Son necesarias las competencias transversales, y eso que yo llamo "aprender haciendo". El conocimiento nunca molesta.

¿Es falso eso de que en España cuanta menos formación se tenga más fácil es encontrar un trabajo?

Lo es. Lo que tenemos que conseguir es ofrecer una formación adecuada a las demandas sociales. Por ejemplo, tenemos pocos alumnos de grado medio en la FP. El problema no es que haya muchos universitarios en España, sino que hay pocos estudiantes de Formación Profesional.

En todo caso, no conozco a nadie que diga que lo que ha aprendido le supone un estorbo, porque ya no hablamos sólo de cuestiones laborales, sino de desarrollo personal, de libertad, de capacidad de creación.

¿Qué es lo que más le inquieta como ministro del panorama educativo español?

Estudiamos para tener tres cosas: conocimientos, habilidades y valores. Y me inquieta como andamos de valores, y si logramos vincular esas competencias, que están muy bien, con esos valores, en los que yo creo profundamente. Me gustaría que todos entendiéramos que la escuela no es solamente un lugar para aprender cosas, sino un lugar para aprender a vivir.

«Voy a estudiar la reivindicación de la prórroga de la jubilación LOE» ¿Se nos fue la mano "democrática" dando libertades en la escuela?

No tengo ninguna nostalgia del autoritarismo. La democracia no es falta de autoridad, no es anarquía. Hay que buscar pactos de relación en las aulas, pero también en la calle y en las casas. Ahora bien, dicho esto hay que reconocer que hubo fallos en ese paso que hemos dado de un modelo docente autoritario a otro de participación.

Y nos ha salido el estudiante-cliente, que siempre tiene razón.

El estudiante cliente es un disparate. Si en la clase no hay comunicación tampoco hay educación. Puede que haya transmisión más o menos eficaz de conocimientos, pero eso por sí solo no es educación.

Pero la crisis de autoridad del profesor es un hecho.

La convivencia es el gran factor para luchar contra esos problemas de autoridad. Hay que generar espacios de encuentro. Mire, las experiencias de intermediación de los propios estudiantes para solucionar conflictos están dando unos grandes resultados.–Hace unos días se celebraron en Asturias las elecciones sindicales docentes. Todas las fuerzas coincidían en pedir una prórroga de la jubilación LOE. ¿Qué perspectivas hay?–Este asunto hay que enmarcarlo dentro del debate general sobre jubilaciones. Voy a estudiar seriamente esta reivindicación.

¿Eso es un sí?

No. Lo que digo es que debemos analizar, en estos momentos económicos tan particulares, qué repercusión pueden tener estas medidas. Esto no es un elemento aislado y hay que analizarlo con solidaridad.

¿Apostaría a que los chavales de hoy salen de la Secundaria sabiendo más de lo que sabía su generación?

Es difícil comparar. No hay añoranza del pasado, se lo aseguro, entre otras cosas porque no me ha tocado un tiempo precisamente esplendoroso. Hace 25 años, ¿cuántos teníamos conexión con otros países, como habitualmente tienen ahora? Los entornos educativos se han ampliado.