De menos a más. Así fue el disparo de ayer de la pirotecnia Borredà, de Rafelcofer, que terminó con un estruendoso terremoto y bombardeo final que hizo temblar hasta los cimientos de la casa consistorial. «Hasta que no pueda ni moverme, así me gustan las mascletades a mí», indicó el pirotécnico Josep Borredà con una sonrisa traviesa.

«Llevamos tiempo haciendo mucho adorno y lo que quería hacer es volver a lo de antes, al ruido», señaló. La graduación en el acto y el portentoso final arrancaron los aplausos de los miles de valencianos y visitantes que ayer volvieron a abarrotar la plaza del Ayuntamiento en el domingo anterior al gran fin de semana fallero. El sol y las buenas temperaturas acompañaron, hasta el punto que Cruz Roja tuvo que atender a un total de 28 personas, la mayoría por lipotimias. El disparo fue presenciado en el palco por las Falleras Mayores, el secretario autonómico de Sanidad, Luis Ibáñez y el doctor José Remohí, Fundador del IVI, entre otros.