¿Tan peligroso es el uso del móvil?
El teléfono móvil lo llevas encima allí donde vayas. Los elementos para que una conducta o una sustancia genere un abuso o un mal patrón de uso es que sea recompensable, rápida y disponible y el móvil es perfecto: lo llevas encima a todas horas. Los circuitos cerebrales que se alteran son los mismos que los de las adicciones a tóxicos. Se puede tener una adicción al móvil, lo que pasa es que los números son relativamente pequeños o grandes, según se mire. Hablamos de un 3% de la población y si lo miras parece despreciable, pero si se trata del 3% de los españoles ya parece considerable.
¿Qué consejo le daría a los padres?
Hay una cosa muy importante. Los más vulnerables a drogas o adicciones son los niños. No es lo mismo que un niño de doce años se inicie en el consumo del cannabis que un chaval consuma el primer canuto con 20 o 35. La diferencia es sustancial. Por tanto, cuánto más retrasemos la edad de inicio de ese consumo, en este caso del teléfono móvil, el cerebro habrá madurado más y, digamos, vamos a evitar que se pueda generar un patrón de mal uso del móvil o una dependencia. Por ejemplo, podemos programar que sólo utilice el teléfono cuando esté en casa con el wifi durante un rato, pero cuando salga a la calle o vaya al colegio, no. Muchas veces, parece que el móvil se ha convertido en un rito de paso de la niñez a la adolescencia, y que los chavales cuando pasan al IES necesitan ya el móvil, y los padres caemos en el error de querer tenerlos controlados a través de ese móvil. Estas cuestiones que se hacen de manera automática hay que pensarlas y ver si realmente lo va a utilizar, y lo mejor es que en el recreo esté relacionándose y jugando con los compañeros y no mirando el móvil.
¿Y qué casos destacables ya ha analizado?
Hemos empezado a tener en las unidades de prevención casos de adicción al whatsapp y a las apuestas deportivas, usando aplicaciones de resultados para conocer si van ganando.
