Carcaixent aprueba el borrador de la ordenanza contra el vandalismo con solo cuatro votos del PP

El Ayuntamiento de Carcaixent ha aprobado provisionalmente con solo cuatro votos del Partido Popular la Ordenanza de Convivencia Ciudadana. Esa regulación obedecía a una demanda de la Policía Local que permitirá aplicar sanciones que van desde los 750 hasta los 3.000 euros por incumplir la normativa llamada a «preservar el buen uso y disfrute de los bienes de uso público». El objetivo es atajar el vandalismo y evitar la sangría económica que generan las gamberradas o la falta de urbanidad y buenos modales. 

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Compromís, Units, PSPV y Vox optaron por abstenerse. Ninguno de esos grupos rechazó la iniciativa, que consideran necesaria para dotar a la Policía Local de herramientas legales que les permitan luchar contra el vandalismo y el incivismo, aunque aspiran a mejorar la ordenanza durante el plazo de alegaciones que se abre ahora para incluir matices y correcciones que acrecienten su efectividad y flexibilicen algunas prohibiciones. La aprobación definitiva de la nueva normativa, imprescindible para que los agentes puedan aplicar sanciones, no llegará al menos hasta final de año.

Limpieza, ruido y alcohol

La ordenanza regulará el comportamiento de la ciudadanía respecto de los bienes de dominio público, sobre todo en los casos que provocan suciedad y daños. También en el ámbito privado al establecer la obligación de los propietarios de mantener limpios y en condiciones de seguridad y salubridad solares o locales. Igualmente, ordenará el volumen de ruido permisible y las actividades molestas para garantizar el descanso nocturno y reglamentará la venta y consumo de bebidas alcohólicas. Las multas podrán alcanzar los 3.000 euros si las infracciones son muy graves.

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Los horarios y el uso de las sedes festeras, las cocheras del Rally Humorístico o los sistemas de alarma y la tenencia y uso de armas de cuarta categoría, aspectos que carecían de regulación en el ámbito municipal y que «presentan dificultades o problemas de convivencia en el día a día», también van a ser regulados, según avanza el gobierno local.

Durante el debate plenario, la portavoz de Units, Ana Calatayud alertó de que una regulación de las mesas y sillas que se colocan en la vía pública pone en riesgo la ancestral costumbre de tomar el fresco en las noches estivales a la puerta de casa y que fijar la distancia exacta en la que se deben aparcar los coches «podría resultar excesivo», al igual que impedir el reparto domiciliario nocturno de bebidas alcohólicas. Enric Casassús, líder de Compromís, vio contraproducente ser «tan exhaustivo en casos que ya están regulados por otras ordenanzas». Hasta Vox alertó del riesgo de «restringir derechos individuales» antes de reclamar que se le enviara la documentación en castellano. La alcaldesa, Carolina Almiñana, les emplazó a todos a aportar esas propuestas por escrito durante el periodo de alegaciones para incorporarlas a la normativa.

Minoría absoluta

La ausencia de dos concejales del PP, que habían viajado a la ciudad hermanada de Bagnols-Sur-Cèze, dejó en cuatro regidores la representación del PP. Fueron los únicos que votaron a favor de los 21 miembros de la corporación. «Mejorar la convivencia mediante los instrumentos que la ley permite supone una garantía para el bienestar de los ciudadanos», defendió finalmente la alcaldesa.