Lo de que crisis significa "ocasión" en chino puede que sea una de las frases más repetidas desde que inició este ciclo, pero en muchas ocasiones, es cierto. Desde 2009, el mercado de las embarcaciones de recreo ha llegado a descender hasta un 50%. Según los últimos datos, durante este año ha bajado la matriculación de embarcaciones un 30% en toda España, cifra que se refleja en la cantidad de amarres vacíos que se encuentran en los puertos y clubes náuticos y en el abandono de las naves. Esta situación se aparece como un regalo para los interesados en comprar a bajo precio, ya que estas embarcaciones acaban subastándose a precios muy bajos.

Carlos Torrado, gerente de la Asociación de Clubes Náuticos de la Comunitat Valenciana, explica un anecdótico pero simbólico caso ocurrido este mismo año. Dos embarcaciones han sido dadas al Club Náutico de Torrevieja como dación en pago. Exactamente lo mismo que exigen los miembros de la Plataforma de Afectados por las Hipotecas. Como los dueños no podían hacer frente a los pagos de las tasas portuarias, "que son excesivas", según Torrado, ni al amarre, que cuesta una media de 5.000 ? al mes en algunos puertos, decidieron cambiar su embarcación por el pago de las deudas. "Al final lo que la gente hace es esperarse y malvender, o directamente, regalarlo a cambio de no pagar más".

Según los últimos datos, existen más de 2.000 embarcaciones abandonadas en todo el litoral español. La C. Valenciana representa el 12% del total del negocio náutico de España, por lo que más de 200 naves son abandonadas en puertos valencianos. "Hay que evitar que los puertos y clubes se conviertan en cementerios de barcos", sentencia Torrado. Cuando un coche se abandona en la calle, las autoridades lo trasladan a un depósito municipal y más tarde a la chatarrería. Con los barcos no es así. "Los ayuntamientos no tienen depósitos para los barcos", explica Torrado, de manera que al final lo que ocurre es que la nave permanece amarrada en el puerto. O peor aún. Según Fundació Mar, entidad dedicada al estudio del litoral, muchas de estas embarcaciones acaban a la deriva en alta mar, hundidas por sus propios dueños y más tarde encalladas en la costa, con su consecuente daño medioambiental. Ese final ofrece un posible cobro del seguro al propietario, que se queda sin barco pero con las deudas saldadas.

Para Torrado, una de las soluciones a esta situación sería el abaratamiento de las tasas portuarias para clubes náuticos. "Hay más de 6.000 amarres vacíos en la Comunitat Valenciana, eso debería dar que pensar a los responsables del fomento de la economía náutica", indica. "Los políticos deben saber explotar nuestro potencial. A un madrileño le da igual coger el AVE a Valencia que a Sevilla y allí, los amarres y las tasas son más baratas".

Sin embargo, Vicente Messeguer, comodoro del Real Club Náutico de Valencia, no cree que haya tanto abandono de barcos. "Embarcaciones sin dueños hay pocas. Lo que sí hay son subastas. El año pasado subastamos dos", apunta Messeguer. El momento de la subasta supone una gran oportunidad para aquellos compradores que estén a la caza de gangas. "La gente hace cola por conseguir un barco de estos", explica el comodoro.