La situación del refugio de Benimàmet de la protectora de animales de Valencia, regentado por Modepran, es límite. Al hacinamiento de unos 200 animales entre perros y gatos se suma, en invierno, la complicación que supone abrigarlos. Por eso, desde Modepran hacen un llamamiento: «Necesitamos que nos traigan ropa vieja, que ya no les venga, toallas, mantas, lo que sea».

En días de lluvia, como ayer, al problema de falta de ropa de abrigo se suma precisamente el agua. «A las 12 vienen voluntarios a poner a secar las mantas mojadas porque si no esta noche „por anoche„ lo pasaremos fatal», explica Cintia, una de las encargadas del refugio. «Parece que no, pero no es lo mismo dormir en el suelo que dormir encima de un palé o de una tela cualquiera», explica. En este sentido, desde Modepran indican que en estos días construyen casetas para los perros a base de madera proveniente de palés que llegan a la protectora.

El almacén de ropa para abrigar a los animales en el refugio está bajo mínimos. «Nos queda muy poca ropa», lamenta Cintia, que se muestra convencida de que los voluntarios «ofrecerán muchas telas, como todos los años». Aunque los gatos viven en jaulas y están todo el día a cubierto, para ellos también es necesaria ropa de abrigo, aunque menos, porque la gatera del refugio cuenta con calentadores. Eso no ocurre en las instalaciones interiores de la perrera, donde hasta cuatro canes pasan las noches «acurrucados en un rincón, sobre palés, para darse calor los unos a los otros», explica Cintia. La parte exterior de las jaulas donde viven los perros está cubierta por plásticos que evitan que los animales se mojen cuando llueve.