Desde el Gobierno están tratando de vender la futura Ley de Amnistía como un instrumento necesario para “superar las condiciones judiciales del “procés””. Así lo ha definido el propio presidente del Gobierno en funciones Pedro Sánchez que ha utilizado otras palabras para adornarlo: concordia, generosidad o convivencia.

Palabras que tratan de ocultar el verdadero objeto de esta amnistía que no es otro que mantener en el poder a quien ha perdido las elecciones: Pedro Sánchez

En Cataluña ha bajado el independentismo. Tanto Junts como ERC o la CUP han perdido apoyo popular, mientras que los partidos constitucionalistas, como el PSC que ha ganado las elecciones o el PP han mejorado resultados.

No estamos en la situación de 2017 con las calles de Barcelona incendiadas y con un Parlamento que declaró la independencia de manera unilateral. Los indultos han contribuido a rebajar la tensión y han ayudado a mejorar la convivencia. Eso es indudable. Pero no únicamente han sido los indultos.

Lo que quiere hacer Sánchez con la amnistía es borrar los delitos que cometieron los políticos catalanes, restando legitimidad a los Tribunales de Justicia que son los que aplicaron las leyes y socavando los principios fundamentales de la democracia, como es la separación de poderes o la igualdad de todos los españoles ante la Ley. No cabe amnistía en una democracia porque es dar la razón a los que subvirtieron el orden constitucional y cometieron un golpe de Estado en contra de los que acatamos y cumplimos con la ley.

Miles de personas, cerca de 50.000, han salido este domingo por las calles de Barcelona convocadas por la Societat Civil en contra de la amnistía y el referéndum de independencia. El Gobierno debería escuchar la voz de la calle.