La Comisión de Salud Pública decidirá hoy si finalmente aplaza entre 6 y 8 semanas las segundas dosis de las vacunas contra el coronavirus. Pero cuáles son las ventajas de esta decisión y por qué el ministerio está dispuesto a no completar la inmunización de quienes han recibido ya una primera dosis de Pfizer o Moderna. La respuesta radica en la efectividad de las primeras dosis de estos sueros y en la posibilidad de aprovechar las próximas remesas de suero para ampliar la base de pacientes inmunizados al menos en parte.

Se trata de completar por lo menos la primera dosis de los grupos de edad que ahora mismo se considera que están más expuestos a las peores complicaciones del coronavirus: los mayores de 60 y de 70 años. Aunque las tres vacunas contra el coronavirus que se están inoculando de momento en España requieren de dos dosis para lograr una inmunización superior al 90%, lo cierto es que los resultados de los estudios previos y la evidencia recogida en otros países confirma que la primera dosis ya otorga una inmunidad cercana al 60% y hasta superior al 70% en algunos pacientes. Este porcentaje de inmunización, aunque menor al que se obtendría con la pauta completa, es suficiente para evitar hospitalizaciones e complicaciones graves en caso de contagio por el virus.

La experiencia de Reino Unido revela que la aplicación masiva de al menos una dosis de AstraZeneca, la vacuna más usada en ese país, ha sido suficiente para reducir drásticamente las hospitalizaciones y la mortalidad por el virus entre quienes se infectan. Londres ha conseguido de esta manera vacunar al menos con una dosis a más de 30 millones de personas, acercarse a la llamada inmunidad de rebaño y relajar las restricciones. Pero además ha rebajado la gravedad de la sintomatología de los contagiados con una sola dosis.

El objetivo por tanto del ministerio de Sanidad es estudiar la conveniencia o no de aplazar un par de semanas más las segunda dosis de Pfizer, Moderna y AstraZeneca (entre quienes tienen entre 60 y 69 años) para aumentar el número de vacunados al menos con una dosis antes de que llegue lo peor de la cuarta ola de la pandemia.

En el documento que se debatirá mañana, el ministerio matiza que para la mayoría de las vacunas, un intervalo ampliado entre dosis da como resultado niveles más elevados de anticuerpos y, a mayor concentración de estos anticuerpos, mayor duración de la protección". Sostiene, asimismo, que las farmacéuticas y los comités asesores de vacunación especifican los intervalos mínimos entre las dosis, pero no los máximos.

El documento informa de argumentos basados en los resultados de ensayos clínicos de la vacuna de Pfizer, que permitían un intervalo entre dosis de 19 a 42 días aunque el 93 % recibió la segunda dosis entre los días 19 y 23 y los de Moderna permitieron un intervalo entre 21 y 42 días, pero el 98 % recibió la segunda entre los días 25 y 35.