Era cuestión de tiempo. A más circulación del coronavirus, más personas infectadas y a más contagios, más posibilidades de que los más vulnerables terminen en el hospital, enfermen de gravedad e incluso mueran, pese a la protección de las vacunas. Es el ciclo de la onda pandémica que por séptima vez en dos años se vuelve a reproducir en la C. Valenciana aunque de forma atenuada: los hospitalizados se han duplicado en las tres últimas semanas y ayer este aumento (que esta semana se ha mantenido estable, 1.164 ingresados) se trasladó ya a las unidades de cuidados intensivos.
La cifra de pacientes graves ha subido un 33 % en una semana y se ha pasado de los 42 del viernes pasado a las 56 personas en UCI notificadas ayer por la Conselleria de Sanidad. No se veía una cifra tan alta desde el 11 de marzo, cuando ya se estaba de salida de la sexta ola en la que se llegó a un pico de 205 hospitalizados covid en UCI.
El repunte, tanto de contagios como de hospitalizados "preocupa" pero en especial lo hace este aumento en UCI. Así lo trasladaba a este diario Marisa Blasco, presidenta de la Sociedad Valenciana de Medicina Intensiva. "Estamos a la expectativa. Las cifras están contenidas para el volumen de contagios real que tiene que haber pero van en ligero ascenso. Preocupa un poco", reconocía la profesional, jefa del servicio en el Hospital Clínico de València.
Muestra de esta inquietud provocada por la séptima ola es que el president de la Generalitat, Ximo Puig, va a volver a convocar a su "comité de expertos" de pandemia el próximo lunes y analizar con ellos la evolución del coronavirus después de meses en que estas reuniones habían cesado. Se desconoce si se pondrán sobre la mesa "recomendaciones" sobre medidas de prevención como el uso de mascarillas (tal como se está pidiendo desde diversos ámbitos, incluido el de las residencias de mayores). Al respecto, la vicepresidenta Aitana Mas aseguró ayer que se estaría "a lo que los expertos nos digan en cada momento".
Los especialistas esperan una oleada intensa pero corta como la de Portugal
Mirar a Portugal
Por ahora, los expertos en Epidemiología y quienes han seguido de cerca la evolución del virus en estos dos años, confían en que el impacto de esta séptima ola en el sistema sanitario, sobre todo en el hospitalario sea comedido sin llegar a los niveles de la sexta ola. Como referente, todos los entendidos apuntan a una dirección: a Portugal, ya que en el país vecino ya están de bajada de la ola de contagios provocada por las nuevas subvariantes de ómicron (BA.4 y BA.5, que aquí están detrás al menos de la mitad de casos).
Así, mirando al oeste, los expertos esperan que aquí la ola sea también "intensa pero corta" y con una afección hospitalaria menor a la de la ola anterior. "Nos podemos mirar en ellos y tener una idea de cómo irán las cosas porque tienen unos porcentajes de población vacunados muy parecidos. Allí ya están de bajada aunque han tenido un repunte más o menos grave de presión hospitalaria", pero sin llegar a lo de enero, apunta el especialista en Salud Pública e investigador de Fisabio, Salvador Peiró.
El biólogo e investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Instituto de Biomedicina de Valencia (IBV-CSIC), Iñaki Comas, también apuesta por mirarse en el espejo de Portugal porque han sufrido el repunte de casos por nuevas variantes antes que nosotros. "Allí en los contagios ha sido predominante el sublinaje BA.5, en eso han ido más adelantados", explica.
Incidencia por encima de 1.000 puntos
A la espera de que la onda toque techo, ayer la incidencia en mayores de 60 años (la única de la que se dispone) siguió subiendo. La tasa saltó el umbral de los 1.000 casos por 100.000 habitantes por primera vez desde finales de febrero y se sitúa en 1.030 con un pico entre los mayores de 80 años de 1.310 casos por 100.000 habitantes, una situación que preocupa en la patronal de las residencias Aerte que pidió volver a los controles periódicos en el personal y al uso de la mascarilla. De hecho, en este ámbito, uno de los más vulnerables en esta pandemia los contagios se han duplicado de una semana a otra: si del 20 al 26 de junio se detectaron 157 positivos, en la última de junio y según datos del Imserso se registraron 316.
Con todo, el mensaje lanzado ayer por la ministra de Sanidad, Carolina Darias, es esperanzador. No se ha llegado al pico de la curva pero sí hay signos de que el crecimiento de la onda se ha "ralentizado", el primer paso para tocar techo.
Lo profundo que sea la afección de la ola marcará el peaje en muertes que dejará. En estos meses de tregua, los decesos semanales no han bajado de la veintena semanal. Ayer se notificaron otros 24 fallecidos (9 mujeres de entre 69 y 100 años, y 15 hombres de entre 63 y 90 años), lo que deja el saldo semanal en 33.
