Lluvias con picos de una intensidad casi monzónica dejaron ayer registros de récord en la comarca de la Ribera Alta. Alberic había acumulado 195 litros por metro cuadrado en unas horas. En Alzira, mientras, en apenas unos minutos llegaron a contabilizarse 30 l/m², provocando inundaciones, desbordamientos y un reguero de problemas. Alzira fue de las localidades más afectadas, ya que la tromba de agua dejó las calles de los barrios más bajos totalmente inundadas. Algemesí, Alberic, la Pobla Llarga, Carcaixent o Carlet tampoco se libraron.

El observatorio de la red Inforatge registraba una intensidad máxima de 14,2 litros en diez minutos en Alberic a las siete de la mañana y un máximo acumulado en una hora de 58 litros. Guadassuar o Senyera también oscilaron entre los 90 y los 110 litros acumulados por metro cuadrado, con picos de 43,2 litros en una hora.

Situación complicada

El meteorólogo de Algemesí, Jovi Esteve (Inforatge), detallaba que el fenómeno de intensas lluvias en la madrugada del jueves estuvo provocado por un núcleo estático que afectó a varios municipios de la Ribera Alta y señaló que la situación de inestabilidad se mantendrá hasta mediodía de hoy para, a partir de ese momento, registrar una mejora lenta pero progresiva. Auguraba una situación muy complicada por la formación de un tren convectivo que podría reactivar en cualquier momento lluvias localizadas y muy intensas.

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La lluvia inunda Alzira y otras localidades de la Ribera Pascual Fandos/Rubén Sebastián

La circulación de trenes de la red de Cercanías fue de las que más acusó el explosivo episodio de lluvias. Los retrasos fueron la tónica habitual durante las primeras horas de la mañana ya que durante la noche quedaron inundados los pasos inferiores de las estaciones de Carcaixent, Algemesí y Alzira, lo que se tradujo en problemas en la línea C-2 que une València y Xàtiva. Al inicio del servicio y hasta las 9:30 horas aproximadamente, las demoras medias fueron de 20-25 minutos. Las precipitaciones también causaron el corte de un acceso soterrado en Xàtiva.

Accesos anegados

Varios centros educativos de Alberic, Algemesí y Carcaixent también tuvieron que suspender las clases durante la jornada del jueves. La acumulación de agua en colegios e institutos, así como los problemas en los accesos a los mismos dejó a casi 7.900 alumnos sin jornada lectiva.

El Ayuntamiento de Tous tuvo que cerrar instalaciones educativas y deportivas. Alzira optó por dejar las puertas de los colegios abiertos para facilitar la entrada de los escolares y generar así menos problemas. Desde la Conselleria de Educación se recordaba que hay que informarse directamente en los consistorios sobre posibles anulaciones.

En la costa alicantina, la perturbación atmosférica se mantenía estática en el entorno de Alborán con muchos problemas en el tráfico y calles anegadas en la zona del Vinalopó. Una enorme manga marina sorprendía en Benidorm a quienes disfrutaban de la playa y Petrer tuvo que suspender el inicio de sus fiestas patronales.

València cierra sus parques

El Ayuntamiento de València decretaba en la tarde de ayer el cierre de todos los parques y jardines vallados de la ciudad debido a la alerta meteorológica nivel naranja. La reapertura de los mismos se efectuará «una vez sea retirada esta alerta». Con el aviso naranja existe riesgo meteorológico importante, con cierto grado de peligro para las actividades usuales, y con el amarillo para alguna actividad concreto.

El secretario autonómico de Seguridad y Emergencias, José María Ángel, apuntaba que las lluvias caídas habían afectado a principalmente a la comarca de la Ribera Alta, aunque «sin la intensidad de otros episodios» pasados, destacando asimismo que el lecho del río Xùquer «está funcionando bien».

Calentamiento acumulado

Con la temperatura superficial del Mediterráneo por encima de los 27 grados centígrados este verano, el calentamiento acumulado ya auguraba un importante incremento del riesgo de lluvias torrenciales. Los episodios de gota fría se han ido sucediendo en la recta final de la temporada estival y el principio del otoño. Aunque la energía almacenada en el medio marino no siempre es sinónimo de temporal extremo, lo cierto es que la probabilidad de virulentas precipitaciones se dispara.