Un paciente de cáncer espera hasta 70 horas en Urgencias del Clínico para conseguir una cama

Es la denuncia que han realizado los trabajadores del hospital que aseguran que las urgencias están en situación "insostenible y en colapso total" desde principios de mes

Un ingreso en Urgencias del Hospital Clínico en una imagen de archivo.

Un ingreso en Urgencias del Hospital Clínico en una imagen de archivo. / Francisco Calabuig

Los trabajadores del Hospital Clínico de Valencia han denunciado que el colapso que están sufriendo en el servicio de Urgencias está afectando también a pacientes especialmente vulnerables como los oncológicos. Según han comprobado sanitarios del Clínico, al menos un paciente con cáncer además de edad avanzada (88 años) ha tenido que esperar ingresado y sin habitación "hasta 70 horas en Urgencias".

Es la denuncia que han hecho desde la junta de personal del departamento del Clínico, hartos de la situación de atasco continuo en la que se encuentran las urgencias, según aseguran, desde principios de mes. Para los trabajadores la situación es "insostenible y de colapso total" desde principios de mes con más de 500 pacientes vistos cada día.

Esta presión asistencial y la falta de camas para acomodarlos a todos (algo que se está replicando en muchos otros hospitales valencianos por culpa de los virus respiratorios) está suponiendo que todos los días haya "una medida de pacientes pendientes de ingreso de 30 usuarios" que llegan a estar ingresados en Urgencias pero sin habitación "entre 48 y 72 horas". En hospitales que, como el Clínico, sufren especialmente los picos asistenciales como el Hospital General de Valencia, la cifra ha llegado a ser estos días de 78 pacientes esperando cama acumulando hasta 4 y 5 días de espera.

El Clínico es como el General uno de los primeros centros valencianos que suelen acusar antes y de manera más virulenta estos picos asistenciales. Ambos tienen una amplia cartilla de pacientes y ambos están infradimensionados. El centro de Blasco Ibáñez va a ganar 144 nuevas habitaciones que suponen 240 camas más una vez se abra el nuevo edificio de hospitalización que se está construyendo.

Dobles camas, sin separación ni intimidad

Pero, aunque estos paciente están oficialmente "ingresados" porque su urgencia así lo requería, no supone que estén en las mismas condiciones que tienen los pacientes en planta. "Camas dobles, sin separación entre pacientes, falta de intimidad, imposibilidad de atención adecuada por los profesionales por la falta de espacio y la gran carga de trabajo...", enumeran los propios trabajadores. Y eso que las condiciones son algo mejores a las que se tenía en picos de gripe prepandemia porque en muchas ocasiones antes estos pacientes "de más" estaban en pasillos. Tras la pandemia en muchos hospitales se han creado espacios intermedios o que se ocupan a demanda en momentos de estrés con los que antes no se contaba.

"Flujos más lentos para ingresar"

Fuentes del Hospital Clínico de Valencia han reconocido que los flujos para ingresar "son más lentos" ya que "nos encontramos en una época de alta presión asistencial en urgencias". Sin embargo, desde el centro rechazan que el tiempo máximo de espera para subir a planta sea de "entre 48 y 72 horas" ya que "hay una comunicación constante entre servicios para hacer una monitorización de camas y que los ingresos sean lo más ágiles posibles". Al respecto de la situación de esta mañana, desde el centro explicaron a mediodía que quedaban "alrededor de 15 pacientes para ingresar que subirán a la sala en las próximas horas".

Desde el centro no se han pronunciado, sin embargo, al respecto de si estos retrasos para subir a planta han afectado a pacientes vulnerables. Desde la junta aseguran que han trasladado a la gerencia su "disconformidad" con cómo se está gestionando esta situación de estrés pero "hasta la fecha no se nos ha comunicado las medidas que se van a adoptar teniendo un fin de semana por delante y que puede empeorar gravemente la situación".

En otros centros han tomado ya decisiones como priorizar operaciones sin ingreso, como en La Fe, o directamente suspender la programación de quirófano como se ha hecho en el Hospital General para liberar puntualmente camas.