Las mascarillas se quedan con nosotros

Casi la mitad de personas siguen utilizando protector facial en los transportes públicos "por sentido común" pese a que ha dejado de ser obligatoria

J.M. Bort

J.M. Bort

Las mascarillas tenía los días contados cuando se anunció que el 8 de febrero de 2023 (hoy) dejaría de ser obligatoria en los transportes públicos. La medida abarca también a las ópticas, ortopedias logopedias y centros de audífinos, de forma que solo en los espacios sanitarios (hospitales y centros de salud) continúa siendo obligatoria. Sin embargo, la mascarilla se queda con nosotros, tal como ha podido comprobar este periódico en las paradas de metro y los autobuses de la EMT de València. Dos de cada cinco personas, aproximadamente, llevaba hoy mascarilla en los transportes de la ciudad. “Ya que hemos aprendido a protegernos, la llevaré en sitios donde haya mucha gente, como en el metro o el bus”, comentaba Paula, una chica de València. Su opinión la comparten la mayoría de las personas que seguían utilizándola esta mañana. “No es solo por la Covid, sino por la gripe y los constipados. Creo que hemos aprendido a protegernos, como ya venían haciendo los japoneses, aplicando el sentido común: en aglomeraciones y en días de mucho frío”, explicaba Hipólito, un jubilado, en la estación de metro de Angel Guimerà.  

La Comunitat Valenciana encara este fin del uso obligatorio de la mascarilla en el transporte público con unos datos de covid-19 que ha repuntado algo pero con mucha menos fuerza (de 65 casos por 100.000 habitantes a 88) que la gripe, cuyos casos se han triplicado en cuestión de una semana.

Con la nueva norma tampoco hay que usar la mascarilla un establecimiento óptico u optométrico, pero si en residencias y resto de centros sociosanitarios para las personas que trabajen en ellos, siempre que estén en contacto con personas residentes y para los visitantes cuando estén en zonas compartidas.

También seguirá siendo obligatoria en hospitales, farmacias, botiquines o centros de salud, así como en clínicas dentales, de estética o fisioterapeutas, una lista de más de un centenar de centros en los que Sanidad considera que su uso sigue siendo indispensable.