La cría de flamencos en l’Albufera obliga a fijar medidas para su control
Transición Ecológica programa un nuevo vuelo de seguimiento con drones para comprobar la evolución de miles de polluelos y también una segunda puesta de otros 400 adultos
La Conselleria de Agricultura y Transición Ecológica trabaja en un protocolo para gestionar la nidificación de la colonia de flamencos (Phoenicopterus) de l’Albufera. La situación, «excepcional» por lo prematuro de la primera puesta en diciembre en vez de en marzo, obliga ahora a un seguimieno exhaustivo de esta población. De entrada el próximo 20 de marzo está previsto otro vuelo de reconocimiento con dron.
Unos 400 adultos andan ahora inmersos en una nueva incubación, lo que incrementará la presión por la comida y el espacio en un enclave muy antropizado. El Servicio de Vida Silvestre de la Generalitat lleva un control de las crías, que están en perfecto estado, con unos mil ejemplares asentados en el Tancat de la Pipa. El resto sigue en el Racó de l’Olla.
En abril está previsto que los ejemplares más maduros alcen el vuelo por lo que las reuniones se suceden ahora a varias bandas, entre el Ayuntamiento de València, la Dirección General de Medio Natural y el colectivo conservacionista SEO Bird/Life para afrontar ese momento.
Afectar a la siembra
El interrogante inicial de si los polluelos saldrían adelante ha dado paso ahora a la preocupación de cómo podría afectar a la siembra en el arrozal. Sobre la mesa, aunque aún es pronto, está la posibilidad de la puesta en marcha de medidas pasivas para ahuyentar a las aves bien recurriendo al ruido o la colocación de cintas halográficas reflectoras como ya se hace con otros pájaros. En todo caso desde la conselleria insisten en que no adulterar la vida silvestre porque el medio natural establece sus propios equilibrios.
Los flamencos, inciden desde el departamento que dirige Isaura Navarro, son animales muy especiales que toman decisiones de forma colectiva cada año. Necesitan tres cosas, agua, comida y tranquilidad, algo que el enclave de l’Albufera ofrece, lo que confirma la buena salud del parque natural. La perellonà de este año, con casi 10.000 hectáreas de lámina de agua, y la mejora de las condiciones ambientales del humedal pueden estar detrás del comportamiento de los flamencos. En cualquier caso, si algo tienen claro los técnicos es que nunca dejan atrás a su estirpe durante el proceso de crianza.
Casi 12.000 ejemplares han sido censados en el último ejercicio, a lo que se ha sumado el hecho «excepcional» de la puesta en pleno invieron con miles de polluelos ya nacidos, como puede apreciarse en la imagen inferior. F
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