Puig pide diálogo tras amenazar Page con una «posición dura» al recurso del trasvase

Una «posición dura». Esa es la actitud que amenaza el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, con adoptar tras ser conocedor de que la Generalitat Valenciana ha interpuesto un recurso a los caudales ecológicos que limitan el trasvase Tajo-Segura. En estos términos se pronunció ayer el presidente manchego en un acto en Talavera de la Reina y anunció, como respuesta al recurso presentado por el Consell, la convocatoria de un Consejo de Gobierno extraordinario para este jueves.

El presidente castellano-manchego señaló que «si piensan que pueden echar atrás un acuerdo tan respetuoso con las sentencias del Supremo, con las directivas europeas y con el cambio climático», la Junta se verá obligada a «a exigir el 100% de lo que han establecido los tribunales».

García-Page dijo que, tras 15 años de conflicto por el agua y reivindicación, se han conseguido «cuatro sentencias históricas para defender que, nuestra agua también sea nuestro» y «lo que no vamos a tolerar es que después de haber sido generosos, encima intenten parar los pasos que acabamos de conseguir», sentenció.

Por su parte, Ximo Puig remarcó ayer en su visita a Castelló el carácter «irrenunciable» del trasvase Tajo-Segura y manifestó que «vamos a defender ahora y siempre los intereses de los regantes de la Comunitat Valenciana sin aspavientos ni guerras, que solo producen barro y fractura», abogando así por el diálogo con el Gobierno y con otras autonomías.

La agricultura, dijo el president, «ha hecho un esfuerzo en modernización, reutilización y uso responsable y es por eso por lo que se apela a la defensa del Trasvase Tajo-Segura». Puig confirmó que la Generalitat presentó ayer ante el Tribunal Supremo el recurso que revisa el Plan Hidrológico del Tajo y reduce los caudales del trasvase al Segura. El recurso se dirige hacia aquellos «aspectos lesivos a los intereses de la Comunitat Valenciana» que figuran en el real decreto del Gobierno que regula las nuevas disposiciones que afectan al trasvase Tajo-Segura y, en particular, contra la nueva disposición adicional novena, que afecta al futuro incremento escalonado de las caudales ecológicos que aparecen en el Plan Hidrológico del Tajo.

Puig pidió establecer un marco de diálogo que garantice «agua para siempre», que ofrezca «certidumbre a un sector fundamental como es la agricultura» y que esté alejado de «aspavientos y guerras del agua que solo producen barro y fractura».

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