Arranca el mes más bonito para la astronomía

Las líridas.

Las líridas. / Levante-EMV

Natacha Payá

Nos encontramos a las puertas del mes de abril. En mi opinión, abril es uno de los meses por excelencia de la primavera, pero también es uno de los meses más emocionantes para la astronomía. Durante los próximos 30 días tendremos la suerte de disfrutar de un eclipse mixto de Sol y del paso de las líridas. 

El día 20 de abril habrá que apuntarlo en el calendario. Tendrá lugar el eclipse que se conoce como «híbrido» de Sol. Se llama así porque puede ser anular o total, según la hora y la zona geográfica. En este caso comenzará como anular, cambiará a total y volverá a ser anular poco antes de terminar. Este será visible en el hemisferio sur, abarcando el océano Pacífico, Índico o sur de Asia. Las horas exactas y las duraciones del eclipse las tiene descritas el Instituto Geográfico Nacional, dependiendo del lugar en el que se ubica el observador. Lamentablemente no se verá desde España, aunque a día de hoy esto ya no suele ser un problema gracias a la cantidad de webs a tiempo real que existen. 

Ahora que ya tenemos claro cómo y cuándo podemos ver el eclipse, hay que saber que el evento telonero del mes de abril son las líridas. Ya hablé de ellas hace un par de semanas, pero os recuerdo que si la meteorología lo permite, del 16 al 25 de abril, estos meteoros serán visibles desde el hemisferio norte. Se esperan alrededor de 20 meteoros por hora, pero algunos años este valor puede incrementarse hasta los 100. El momento culmen de estas estrellas lo tendremos la noche del 22 al 23 de abril, cuando se esperan el mayor número de ellas. Afortunadamente, este año será un año excelente para su observación, puesto que la Luna se encontrará dos días después de su novilunio.

Como sucede con otras, las líridas son trozos y fragmentos del cometa C/1861 G1 Thatcher de largo período que orbita alrededor del Sol una vez cada 415 años. Cuando la Tierra pasa por un anillo poblado de estas partículas o meteoroides, ellas entran en nuestra atmósfera y se calcinan por la fricción del aire, creando así el resplandor luminoso que conocemos como estrella fugaz. ¿Quién se anima a mirar al cielo?