Un caudal de agua fijo blinda el lago de l’Albufera frente al colapso de Doñana

Generalitat y Ayuntamiento de València han trabajado en los últimos años para incluir en el Plan Hidrológico del Júcar un aporte de 70 hectómetros cúbicos no condicionado a otros usos

La mejoría
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de l’Albufera ha 
permitido un 
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La mejoría ambiental de l’Albufera ha permitido un récord de aves invernantes. germán caballero / Abraham Pérez. valència

Abraham Pérez

Abraham Pérez

El blindaje de l’Albufera con un caudal ecológico anual de 70 hectómetros cúbicos, no condicionado a otros usos, aleja al humedal valenciano del colapso ambiental que amenaza al Parque Nacional de Doñana. Carles Sanchis Ibor, presidente de la Junta Rectora del Parc Natural de l’Albufera, apuntaba ayer que la situación del enclave andaluz «es diametralmente opuesta a la nuestra». «El nuevo plan de cuenca del Júcar reconoce una serie de aportaciones hídricas asignadas al lago, lo que es un logro histórico para mantener un nivel de calidad y nos permite hablar de un camino de mejora», incidía Sanchis Ibor.

La sobreexplotación hídrica para regularizar cultivos ilegales del enclave andaluz, permitida por la Junta de Andalucía que gobierna el Partido Popular, coloca a Doñana en una situación extrema que ya vivió l’Albufera en la década de los años setenta por el exceso de vertidos contaminantes y que ahora se ha conseguido revertir. De hecho, la mejora en el parque natural valenciano está provocando que algunas especies que anidaban en el humedal andaluz estén migrando a esta zona del Mediterráneo, ante la ausencia de agua o la sequía que afecta a su destino habitual.

A pesar de que algunas asociaciones ecologistas ya han planteado las consecuencias que la excesiva presencia y nidificación por ejemplo de flamencos pueden provocar en l’Albufera, Sanchis Ibor remarca: «Es muy difícil saberlo». «Los humedales son sistemas muy complejos y no se pueden hacer predicciones cuando se depende de tantas variables internas, pero sobre todo externas», explicaba ayer a Levante-EMV.

Por su parte, María Sahuquillo, directora-conservadora del Parc Natural de l’Albufera, remarcaba que poder alcanzar el buen estado del humedal ha sido «un trabajo muy intenso» de los últimos cinco o seis años que han llevado a cabo conjuntamente administraciones como el Ayuntamiento de València y la Generalitat Valenciana, pero también gracias a la Confederación Hidrográfica del Júcar. Sahuquillo reivindicaba la importancia de la gestión hídrica para evitar los problemas que viene arrastrando desde hace años Doñana, pero que ahora se agravarán con toda seguridad. «El tema del agua no se ve y pasa desapercibido hasta que los humedales empiezan a quedarse sin agua o a secarse», dice para apostillar: «Entonces es el caos total».

Gestionar con criterio

Sahuquillo atribuye la diferencia en el estado de salud entre Doñana y l’Albufera a que «aquí lo estamos intentando hacer con conocimiento y tratando de gestionar el agua con criterio». Así, reconoce que, pese a las discrepancias en algunas ocasiones con los actores implicados en el parque, se ha trabajado mucho para garantizar un flujo de agua permanente, con 70 hm³ para la época invernal y la etapa previa a la siembra del arroz. También para consensuar con regantes y arroceros.

Otra de las voces expertas que coincide en el buen estado actual de l’Albufera es Mario Giménez, delegado de SEO-Birdlife en la Comunitat Valenciana. Aunque advierte de que todavía es pronto para celebraciones.

El biólogo atribuye la mejora ecológica a que los humedales «reaccionan muy bien a una buena gestión hídrica porque el agua es el elemento clave». Para Giménez la extensa perellonà de este año, con aportaciones de los sistemas Júcar y Túria, ha sido determinante pero prefiere evitar hablar de récord de aves invernantes y esperar a un seguimiento más exhaustivo de las tendencias. «La mejoría que estamos viendo hay que consolidarla, que siga entrando agua en invierno», remarcaba. En cualquier caso, lo cierto es que la mejora ambiental «es algo que beneficia a muchas aves ya que permite que estas tengan muchas más oportunidades». Sí señala la presión que supone para los humedales en buen estado recibir a especies que habitaban otras zonas y que acaban abandonando por pérdida de calidad.

La agricultura sostenible del arroz, contra el modelo de los invernaderos

"La agricultura que rodea l'Albufera es una agricultura sostenible, tradicional y que tiene que ser compatible con el medio ambiente", apunta María Sahuquillo, directora del Parc Natural de l'Albufera. Frente a ello, expone el modelo de agricultura por el que apuesta el gobierno andaluz. "Lo que se está promoviendo en el Parque Nacional de Doñana es un modelo de agricultura moderna donde son necesarios los invernaderos, un modelo mucho más industrializado y más agresivo con el medio natural", remarca Sahuquillo.

El director general de Medio Natural de la Conselleria de Agricultura y Transición ecológica, Julio Gómez Vivó, incide en la "brutal regresión" que están sufriendo las zonas húmedas en las últimas décadas en toda España por su "extrema vulnerabilidad". Situación que provoca que muchas aves acaben en l'Albufera, y aprovechaba para recordar el trabajo desarrollado por el gobierno valenciano y el consistorio del cap i casal para dotar de recursos hídricos l'Albufera.

En esa línea, el vicealcalde de València y concejal de Ecología Urbana, Sergi Campillo, era muy explícito en su red social. "Ahora que se habla de la catástrofe ambiental de Doñana hay que poner en valor como hemos conseguido un caudal ambiental para el lago y cómo se está recuperando. Con el PP, l'Albufera se dirigía igual que Doñana al colapso ambiental", subrayaba.

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