Los jóvenes valencianos comparten piso con la precariedad: la mayoría solo cobra 800 euros al mes

Hay compañeros de piso que son un desastre. Que en lugar de ayudar, te complican la vida. Pero los jóvenes valencianos ya están acostumbrados porque alquilar un piso con tu sueldo se ha convertido en una fantasía. Con los ingresos actuales de la gente joven, deberían destinar un 70 % de su sueldo y -atención- gastan un 37 % de lo que ganan en pagarse una habitación compartida. De media, un joven menor de 30 años cobra 805 euros al mes.

Los jóvenes valencianos comparten piso con la precariedad -es decir, con la pobreza-. Y es un compañero de piso que parece que se va a quedar para largo y no les permitirá imaginar un futuro. Es la radiografía que pinta que Observatorio de Emancipación Juvenil publicado hoy por el Consell Valencià de la Joventut, con datos del primer trimestre del año 2022.

Casi nueve de cada diez jóvenes valencianos no puede emanciparse (86,6 %), siendo la autonomía con mayor porcentaje solo por detrás de Cantabria. Pese a todo, este dato ha mejorado ligeramente respecto a 2021 (11,8 %), pero sigue en niveles muy altos.

"La precariedad laboral, los bajos salarios que perciben las personas jóvenes y el elevado precio de la vivienda son los principales obstáculos que imposibilitan la emancipación. A estos tenemos que sumar los efectos de la inflación, que ha supuesto un encarecimiento generalizado de la vida y una pérdida de poder adquisitivo entre las personas jóvenes", ha explicado la Vicepresidencia del Consejo Valenciano de la Juventud (CVJ), Esther Martínez.

Sueldos de miseria

El salario medio mensual que perciben las personas valencianas menores de 30 años es de 805,88 euros. Por debajo ahora mismo del salario mínimo (1.080 euros), pero también de la media estatal (902 euros).

La última reforma laboral del Gobierno ha tenido efecto ya que se ha reducido la temporalidad entre los jóvenes. Sin embargo, el resto de indicadores de precariedad laboral continúan marcando cifras preocupantes y los contratos indefinidos son casi una utopía para muchos jóvenes.

Otro dato que saca el informe es que uno de cada tres jóvenes valencianos ocupados estudia y trabaja a la vez. En concreto, el 36 % frente al 32% de la media española. La tasa de paro entre los jóvenes es del 20 % en la Comunitat.

El estudio indica que la mitad de las personas jóvenes que trabajan a tiempo parcial lo hace de forma involuntaria. Es decir, que querrían hacerlo a jornada completa si les dieran la oportunidad.

A nivel contractual, el 44% de los jóvenes valencianos tiene un contrato que dura menos de un año. Y solo un 16 % de la juventud tiene contratos que duren un año o más. La tasa de pobreza entre la gente joven es de un 32 %.

Además, el informe revela que casi la mitad de la población joven asalariada está sobrecalificada para el trabajo que desempeña actualmente. Para Martínez "la falta de trabajos de calidad, con contratos indefinidos a jornada completa y salarios dignos que se correspondan con el coste de la vida, genera inestabilidad e incertidumbre sobre el futuro, lo que les impide poner en marcha su proyecto vital".

El problema del acceso a la vivienda

El otro gran obstáculo para la emancipación son los precios que hay que hacer frente para acceder a una vivienda. Una persona joven asalariada debe destinar el 73 % de su sueldo a alquilar una vivienda, cuando lo recomendable por el banco de España es no más del 30 %. Pero lo preocupante es que ya destinan el 37 % a pagarse una habitación compartida.

Estas cifras sí que han empeorado en 2021 a consecuencia de la inflación y el crecimiento desmesurado de la vida en comparación de los salarios. Concretamente, el precio del alquiler ha subido un 12 %, y el de la venta casi un seis en solo un año.

El coste de los suministros básicos también ha crecido un 7 %. Y al mismo tiempo que sucedía todo esto, la juventud valenciana ha perdido un 5 % de poder adquisitivo ya que los salarios de los jóvenes han crecido muchísimo menos que los bienes y servicios, según recoge el Índice de Precios al Consumo (IPC).

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Todo esto, entre otras muchas razones, ha provocado que el saldo migratorio entre la población joven (es decir, quienes emigran para buscar mejores oportunidades) se haya disparado en los últimos años, provocando la pérdida de talento educado en la Comunitat Valenciana.

Soluciones a largo plazo

Pese a este panorama desolador, el CVJ ha destacado algunos "hitos importantes" en mejorar la vida de las personas jóvenes, como el Bono Joven al Alquiler -aunque ha dejado fuera a la mayoría de personas que lo solicitaron-, las ayudas a la compra de viviendas para jóvenes en municipios despoblados o la reserva preferente del 40 % de la vivienda pública para jóvenes. Pese a todo, desde el órgano de representación juvenil piden "medidas más ambiciosas".

"Los problemas de la juventud ya están en la agenda política, pero las cifras nos indican que las soluciones no son suficientes. Por eso, desde el CVJ queremos que se pongan en marcha políticas que produzcan cambios estructurales que tengan un impacto profundo en el mercado laboral y de la vivienda, como es la regulación del precio, el aumento del parque público de vivienda, el aumento del Salario Mínimo Interprofesional o la prohibición de las prácticas no remuneradas", explicó la vicepresidenta del CVJ.

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