Operación Paso del Estrecho: Más de 2.500 euros por horas de espera con niños y sin espacios adecuados

El primer ferry de la OPE desde València hacia Mostaganem sale completo con 966 pasajeros y 306 vehículos

Las familias eligen el Puerto de València para ahorrar kilómetros de viaje con niños y lamentan el incremento de los precios y la falta de infraestructuras

Mónica Ros

Mónica Ros

El que fuera uno de los aparcamientos al aire libre de los trabajadores del Puerto de València es ahora la zona de espera antes del embarque de una de las rutas valencianas de la denominada Operación Paso del Estrecho (OPE), una actuación coordinada desde España para atender la llegada de miles de inmigrantes que viajan desde distintos puntos de Europa a sus lugares de origen en el norte de África.

Migrantes magrebíes y argelinos que trabajan en España y Europa durante el año, cuando llega el verano cargan sus vehículos aprovechando hasta el más mínimo hueco y regresan a sus países de origen. Y aquellos que viajan con niños eligen el Puerto de València. Ahorrase cuantos más kilómetros mejor cuando se viaja con niños y vehículos cargados hasta arriba pasa a ser una de las prioridades de las familias.

Por eso ayer, en el asfalto, entre coches y aprovechando cualquier espacio libre, los críos jugaban con un balón de fútbol. Eso sí, ante la atenta mirada de unos familiares que les recordaban que aquello era un aparacamiento y no un campo de juegos. Pero no había otro espacio para jugar. Una zona repleta de niños sin ningún espacio adecuado para la infancia. Ni para la infancia ni para los mayores. Una pequeña zona de sombra con suelo de goma y unas pocas mesas con bancos para sentarse, conforman la única zona de espera. Hay cuatro máquinas de vending. La del café ya no tiene café. La de aperitivos está medio vacía. Y eso que es el primer día. Al fondo hay unos baños de obra. En uno de los laterales, tres váteres químicos. Y ya. La mayoría reclama una cafetería o un bar donde poder comprar un bocadillo o tomarse un helado. La zona de espera prevista por el Ministerio para la OPE en València (de la que forma parte desde 2016) concluye con un barracón prefabricado para Cruz Roja y otro para protección Civil, que ayer permanecía cerrado.

No hay bar ni cafetería, sólo cuatro máquinas de vending.

No hay bar ni cafetería, sólo cuatro máquinas de vending. / F. Calabuig.

La OPE comenzó el pasado 15 de junio en España pero fue ayer cuando salió el primer ferry desde el Puerto de València dirección Mostaganem. Salió completo: 966 pasajeros y 306 vehículos. Muchas de las familias que viajaban desde Francia y Bélgica habían dormido en el aparcamiento. Prevén el viaje con tanta antelación pensando en cualquier imprevisto posible que llegan con muchas horas de antelación. Más vale pronto que tarde. El objetivo es no perder un pasaje para el que han estado ahorrando todo el año ya que los precios se han duplicado.

El doble de dinero por el mismo viaje

"Llevo 17 años viajando a mi país en verano, con mi mujer y mis hijos. Los precios se han duplicado después de la pandemia. Hay menos barcos y los billetes cuestan una barbaridad. En 2018 pagaba unos 870 años por el viaje. Este año he pagado 2.100 y compré los billetes con un año de antelación. Siempre lo hago así para ahorrar el máximo. Hay muchas familias que no se lo pueden costear y cuanto más se acerca la fecha de viajar más suben los billetes. La media es 2.500 euros por dos adultos, dos niños y un coche", afima Mohamed, quien viaja desde Zaragoza con su mujer y sus hijas y asegura que el Puerto de València es uno de los mejores para realizar esta ruta. "No hay infraestructuras como en Alicante o Algeciras, que el espacio es cerrado y hay restaurante y eso, pero no hay tanta masificación y allí es que nos tratan como a perros. Aquí no tenemos de nada pero estamos más tranquilos", explica el hombre. A su lado, Abed, muestra el precio de su pasaje: 2.368 euros por un viaje para él, su mujer y sus dos hijos, sin camarote. "Y sólo para 20 días, porque luego tenemos que volver a trabajar", explica.

Una familia prepara el almuerzo en el aparcamiento.

Una familia prepara el almuerzo en el aparcamiento. / F. Calabuig.

Saber ha viajado en muchas ocasiones desde el Puerto de Alicante y ayer era la primera vez que lo hacía desde el de València. Por tres billetes de adulto (uno para su hija de 17 años), uno de niño y un vehículo ha pagado 2.800 euros. "Antes de la pandemia me costaba unos 1.500 euros", apunta el hombre.

Karina, de 31 años, viaja con sus tres hijos de 7, 5 y 2 años, su hermana Amina, embarazada de pocos meses, y su madre, Aicha, de 73 años. Han montado una especie de campamento junto al coche. Viajaban desde Perpiñan y ayer sumaban ya ocho horas de viaje cuando llegaron a València para esperar otras tantas antes de subir al barco. "Los niños pasan aquí muchas horas y no tienen ningún espacio para ellos ni agua para refrescarse", explicaban.