Marciano Gómez, el regreso de un zaplanista precursor del modelo sanitario de gestión privada

Fue alto cargo en tres puestos distintos con el expresident, su gran valedor, y destituido por Camps en 2004

De perfil tan técnico como político, quien le conoce le cataloga como un "negociador hábil" y gran conocedor tanto del sector como de la administración

Marciano Gómez, nuevo conseller de Sanidad, a su llegada a la reunión con Mazón

Marciano Gómez, nuevo conseller de Sanidad, a su llegada a la reunión con Mazón / Germán Caballero

Mazón ha recuperado a un histórico zaplanista para la conselleria de Sanidad, la de mayor presupuesto de la Generalitat y que ha estado en el centro del discurso político del popular. El elegido es Marciano Gómez, de perfil tan técnico como político. Nacido en Cuenca, Gómez se convierte hoy en el nuevo conseller de Sanidad tras haber pasado por los dos escalones inferiores en su anterior etapa en el Consell en tiempos de Eduardo Zaplana.

El expresident de la Generalitat ha sido siempre su gran valedor y amigo en el mundo de la política. Era 1995 cuando a Gómez, por aquel entonces interino en las Urgencias de La Fe de Campanar, se le ofreció la dirección general de Asistencia Especializada con Joaquín Farnós como conseller.

A partir de ahí, Gómez (a quién se le atribuye ser el artífice de los conciertos sanitarios bajo el modelo Alzira) pasó a ser director general de Prestación Asistencial, donde fue ganando más competencias hasta que en 2000 y después de una remodelación del gobierno llegó al segundo escalón de la conselleria, siendo nombrado secretario autonómico de la Agencia Valenciana de Salud. Serafín Castellano era entonces el conseller de Sanidad. 

Destituido por Camps

Gómez no sobrevivió mucho sin Zaplana como jefe del Consell. Se mantuvo en el cargo cuatro años, hasta que fue sustituido en octubre de 2004, ya con Francisco Camps como president, por Manuel Cervera, que tres años después terminaría siendo conseller. Fue por aquel entonces cuando Marciano Gómez ganó su plaza definitiva en la unidad de corta estancia de La Fe.

Desde entonces, y durante el doble mandato del Botànic, ha escalado en responsabilidades en el centro y actualmente es jefe de la unidad de corta estancia y director del área Clínica Médica, según han confirmado fuentes de la anterior Conselleria de Sanidad, después de mantener sus responsabilidades en los ocho años de gobierno socialista. Esta superviviencia la citan algunos como ejemplo de su habilidad política y negociadora.

Marciano Gómez, este miércoles, a su entrada al Palau.

Marciano Gómez, este miércoles, a su entrada al Palau. / Germán Caballero

Quien le conoce le define como una persona con amplia experiencia tanto en el ámbito profesional como en el de la administración, y por tanto como un perfil "lógico" para el cargo. "Conoce muy bien el patio", señalan fuentes sanitarias, que destacan que aunque puede ser impulsivo en el trato es una persona que "escucha" y sabe recoger las distintas sensibilidades.

Igualmente, apuntan que pese a ser muy crítico con la estructura actual tiene una amplia capacidad negociadora, lo que le permite mantener buenas relaciones con perfiles muy variados dentro del ámbito sanitario.

El foco en la Sanidad

Gómez asume así un departamento clave para la legislatura. Tras haber sido elevado a "prioridad" absoluta por Mazón, que atacó por todos los flancos al Botànic por el "colapso" del sistema sobre todo tras la pandemia, el president ha asumido varios compromisos en la materia, como dotarlo de al menos con el 30 % del presupuesto autonómico, limitar por ley listas de espera o un plan de choque para la Atención Primaria.

Además de esos deberes, Gómez será el encargado de comandar las auditorías que decidan si se revierten a la gestión pública los hospitales de Manises, Denia o Elx, cuyo proceso de retorno a lo público ya había iniciado el Botànic.