El derribo de la antigua Fe empezará en mayo de 2024, trece años después de quedarse vacía

Los primeros proyectos para demoler los edificios de Campanar datan de 2015

Las obras forman parte del complejo sanitario Ernest Lluch diseñado por el gobierno del Botànic

El edificio principal de la antigua Fe de Campanar, al fondo, con los nuevos edificios sanitarios construidos delante.

El edificio principal de la antigua Fe de Campanar, al fondo, con los nuevos edificios sanitarios construidos delante. / Germán Caballero

Si nada se tuerce, y en los últimos años ha sucedido en varias ocasiones, los edificios que han sido emblema del hospital La Fe en su antiguo emplazamiento del barrio de Campanar empezarán a ser historia a partir de mayo de 2024, trece años después de que se abandonara su uso. Esta es, al menos, la fecha que barajan los nuevos gestores de la Conselleria de Sanidad después de que el último contrato para redactar el proyecto y demoler los edificios principales se haya adjudicado a Acciona Construcción SA por más de 12 millones de euros a través de la licitación de urgencia que se publicó el diciembre pasado.

Según han concretado fuentes de la conselleria, en septiembre se quiere firmar el contrato con la adjudicataria y en octubre el acta de replanteo pero no será hasta mayo de 2024 cuando las máquinas entren a trabajar sobre el terreno ya que la firma tiene cuatro meses para redactar el proyecto de demolición de los 18 edificios del complejo que se quieren tirar abajo. Eso sitúa el inicio de los trabajos en mayo de 2024 y su finalización, si no hay contratiempos, año y medio después en noviembre de 2025.

Este es el calendario con el que se trabaja ahora pero el derribo del edificio principal del hospital (y el de Rehabilitación o el materno-infantil) ha tenido muchas fechas de inicio. Ya en 2015, el exconseller del PP Manuel Llombart trazó un plan para demoler el complejo sanitario que, pocos meses después con la subida al poder del Botànic quedó paralizado. La sucesora de Llombart, Carmen Montón, presentó entonces la nueva área sanitaria Ernest Lluch que preveía mantener alguna edificación pero también demoler casi todo el antiguo recinto para crear un vasto complejo de salud con nuevos recursos como hospital de crónicos y de salud mental.

Quitar el amianto, primero

Primero se intervino en algunos de los edificios que se quedarían y así se remodeló el antiguo mortuorio para tener un nuevo servicio de Urgencias, por ejemplo, y en los terrenos libres recayentes a la avenida Campanar ya se pueden ver los nuevos edificios que serán el nuevo centro de salud y de especialidades pero el derribo de la antigua Fe se ha estado postergando.

Primero tras detectar la presencia de amianto en las construcciones que se ha tenido que retirar en una intervención larga y costosa y segundo porque, después de varios parones y licitaciones fallidas (como la de la primavera de 2021), el gobierno del Botànic decidió hacer una licitación única de proyecto y demolición para todos los edificios que también se ha retrasado en al menos un año según lo anunciado en su día por Ximo Puig.

18 edificios por demoler

Es esta la que ahora espera ser la definitiva. La decisión de hacerlo todo a la vez (proyecto y obra) se tomó por la dimensión de los trabajos. Son 18 edificios a demoler (una superficie construida de 119.221 metros cuadrados) entre ellos el pabellón central del hospital, el de Rehabilitación, los hospitales infantil y maternal pero también edificios auxiliares como la central térmica, la descalcificadora o las pasarelas. Las instalaciones han estado en desuso desde que el hospital se trasladó en 2011 a su nuevo emplazamiento en Malilla pero con excepciones: en los bajos del pabellón central y hasta la apertura de las nuevas urgencias estuvo el punto de atención sanitaria de Campanar y parte del edificio se ha venido utilizando, sobre todo en pandemia, como salas de hospitalización.

Si todo sigue lo previsto, Acciona Construcciones empezará la próxima primavera vaciando los edificios porque, menos los dos grandes todos están llenos "de mobiliario y contenido de uso hospitalario", según reza en la memoria de los trabajos. Además, antes de que se hagan las voladuras, la empresa aún hará trabajos puntuales de desamiantado en cubiertas, voladizos y bajantes de los edificios ya que los trabajos previos "no han conseguido eliminar en su totalidad" el amianto. La demolición no está exenta de problemas ya que se tiene que compatibilizar con los edificios que sí están en uso en la zona y con la construcción de los de nueva planta que está en marcha.