Tarde de lobos solitarios

Las nubes pueden mostrarnos situaciones de tiempo estable, desarrollos de tormentas o fuertes vientos.

Las nubes pueden mostrarnos situaciones de tiempo estable, desarrollos de tormentas o fuertes vientos. / Istock

Juanjo Villena

En las últimas semanas las lluvias torrenciales han dejado inundaciones dantescas en muchos países bañados por el Mediterráneo. Casi cada día hay una noticia nueva al respecto desde España, Francia, Grecia o Libia, y un recuento de víctimas en aumento. Tras un verano con temperaturas muy altas en esta cuenca, que llegó después de un arranque del año con anomalías positivas también notables, la superficie de este mar recientemente alcanzó registros nunca vistos. Aunque ahora ya se ha templado un poco en conjunto, aún alberga zonas cuyos datos distan bastante de lo normal, especialmente en sus dos extremos, el occidental y oriental. Nosotros estamos en ese primer cuadrante y esto nos sume en una situación de riesgo en caso de que la inestabilidad prospere por la troposfera.  

Aunque es cierto que por estas fechas siempre se habla de esto, también lo es que hay un exceso de energía respecto a la que había años atrás, allá por las décadas de los ochenta y noventa. Pero mucha más. Las temperaturas cada vez más altas en nuestro entorno nos llevan a un escenario donde las nubes crecen con virulencia y descargan diluvios muchas veces sin parangón, como los recientes de la Comunidad de Madrid y las provincias de Toledo o Segovia, entre otras. La ecuación Clausius-Clapeyron nos da la respuesta, al servir para establecer la relación directa entre la temperatura y el comportamiento de las moléculas de vapor de agua. Dicta que por cada 1 ºC de calentamiento el vapor de agua aumenta cerca de un 7%, y esto no es otra cosa que alimento para las mastodónticas nubes de tormenta.

En las próximas horas, en el noreste peninsular, las «manecillas» de muchos índices de inestabilidad se volcarán hacia el extremo, ese que advierte que los cumulonimbos crecerán vigorosos. En la tarde de este martes todo apunta a que las nubes con aspecto de coliflor tomarán las riendas de los cielos de Aragón, Cataluña y la Comunidad Valenciana, para después descargar chaparrones muy fuertes y granizadas. Estén atentos a su aspecto y póngase a cubierto si el redoble de los truenos se acerca. No se avecina un gran temporal de grandes ejércitos de nubarrones, pero sí lobos solitarios. Con ofensivas cortas. Bastante adversas.