El calor da cierta tregua y vuelven las precipitaciones

El tercer domingo de octubre parece que cumplirá con los pronósticos de los hoteleros: el bajón en la ocupación comienza a notarse a partir de ahora precisamente por las predicciones meteorológicas. Ayer, las nubes fueron las protagonistas de la jornada, a primera hora por el sofocante bochorno que produjeron y por la tarde porque cubrieron el cielo y llegaron los vientos del oeste, el poniente, a hacer bajar el mercurio, como bien mostraba la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). 

El descenso en las temperaturas fue notable, con 25 grados a las nueve de la noche en València y 18 en Requena, los mismos valores que se prevén para hoy a las 3 de la tarde, marcando, al fin, cifras algo más propias del otoño. A lo largo de toda la jornada hubo contraste más que significativo entre las máximas de la costa (València marcó la máxima del día con 29,5 grados) y del interior, precisamente, por los vientos de componente oeste.

En cuanto al estado del cielo, las nubes altas volverán hoy a dejar el cielo parcialmente cubierto en la Comunitat e irán ganando protagonismo a lo largo de la jornada de suroeste a noreste, dejando los cielos cubiertos en la costa y probabilidad de precipitaciones en el interior norte en la madrugada del lunes.

Mañana volverá a notarse un ligero ascenso con 29 grados de máxima en València o 30 en Xàtiva, mientras que las mínimas serán especialmente bajas en comarcas de interior como el Alto Palancia, donde se registrarán 13 grados el lunes por la noche, lo mismo que en Casas Ibáñez y 9 grados en el Rincón de Ademuz. 

Lluvias con moderación

No será hasta el martes de madrugada cuando la lluvia haga acto de presencia en la provincia de València. Durante la madrugada, las precipitaciones podrían notarse de oeste a este con cielos muy nubosos y lluvia que, según la previsión, será moderada, debido al frente que repetirá el recorrido de este pasado sábado, del interior al litoral.  

A lo largo del día irán desapareciendo y el sol volverá a ganar terreno, pese a que la inestabilidad seguirá reinando en la península ibérica con la entrada de un nuevo frente borrascoso.