"El reto ahora es que las guardias civiles os empoderéis para llegar al más alto nivel"

La Guardia Civil celebra con un debate cuajado de reivindicaciones los 35 años de la mujer en el cuerpo

Mesa redonda con motivo de la celebración de los 35 años de la incorporación de la mujer en la Guardia Civil

Mesa redonda con motivo de la celebración de los 35 años de la incorporación de la mujer en la Guardia Civil / Fernando Bustamante

Teresa Domínguez

Teresa Domínguez

Celebración sí, pero con reivindicación. Es la esencia que destiló el acto organizado este miércoles en la sede valenciana de Caixafórum por la Guardia Civil para conmemorar el 35 aniversario de la incorporación de la mujer a esa institución. Con gafas con montura de color violeta -que ya lució el día de la entrega de los premios Meninas de la Delegación del Gobierno-, el general Arturo Prieto, jefe de la VI Zona de la Guardia Civil, que abarca la C.Valenciana al completo, reivindicó el papel de la mujer en el cuerpo y abogó por que siga creciendo el número de guardias y oficiales femeninas en beneficio del cuerpo. «Vosotras sois las protagonistas», dijo al término del acto y promovió un aplauso para el medio centenar de guardias civiles presentes en el acto, al tiempo que auguraba un futuro feminizado en el cuerpo gracias a que cada vez más mujeres buscan entrar en la institución:«Este año, más del 35 % de las candidatas en la oposición a guardias, y más del 40 % en el caso de las de oficial, han sido mujeres».

Para analizar el aquí y ahora de esa realidad, el acto contó con una mesa redonda formada por tres guardias femeninas -la subteniente Cristina Herráez Sánchez, destinda en la Policía Judicial, la guardia del Servicio Marítimo Marifé Sánchez Rodríguez y la teniente Silvia Benito Martín, comandante del Puesto Principal de Bétera a sus 25 años- y tres mujeres civiles pero con experiencia personal o profesional con el instituto armado -la presidenta del TSJCV, Pilar de la Oliva, la campeona de España de Esgrima Histórica Laura Pérez Aguado y la fallera mayor de València, María Estela Arlandis Ferrando.

Un mando a una guardia que rompió aguas en un cuartel: «Si el Duque de Ahumada levantase la cabeza...»

A preguntas de la moderadora, la periodista de À Punt Pilar de la Fuente, las primeras, en términos generales, coincidieron en el profundo cambio del cuerpo con la llegada de la mujer y de la cada vez mayor normalización de su condición de «mujeres con pistola», a pesar de las distintas vivencias d cada una de ellas, ya que la subteniente lleva casi 30 años en el cuerpo, la guardia, 15, y la teniente, apenas uno.

También estuvieron de acuerdo en que no siempre ha sido un camino de rosas, ni dentro ni fuera del trabajo. Una anécdota contada por la guardia Sánchez lo ilustra: «Un alto mando le llegó a decir a una compañera que trabajó hasta el final del embarazo y rompió aguas en el cuartel: ‘Si el duque de Ahumada levantase la cabeza...!». Pero el principal lamento sigue siendo la zancadilla para la promoción profesional que supone la decisión de ser madres. «Sí, este trabajo rompe parejas y sí, hemos tenido que renunciar a relaciones personales y familiares para sacar una carrera adelante. Hay que esforzarse más para conseguir lo mismo».

La delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, recogió ese testigo y les dijo, a ellas y al centenar de guardias femeninas que asistieron al acto, que «gracias a ese esfuerzo estáis dando ejemplo a las niñas, que ven en vosotras un referente. La mujer ya está en la Guardia Civil. Ahora, hay que trabajar en la mejora de la conciliación para evitar ese freno en las carreras. El reto es que os empoderéis y lleguéis a los niveles más altos para servir como referentes».