"Me siento desamparada, postrada en la cama y sin ningún control médico"

Una mujer enferma de poliomielitis denuncia "el maltrato sanitario y la falta de atención" recibida tras romperse la cadera

Teresa Salort paga de su bolsillo 170 euros a la semana en fisioterapia que "no me han pautado desde la seguridad social" para "no perder aún más musculatura"

Teresa Salort lleva postrada en la cama desde el 18 de octubre. En la imagen, con su hermano.

Teresa Salort lleva postrada en la cama desde el 18 de octubre. En la imagen, con su hermano. / Levante-EMV

Mónica Ros

Mónica Ros

Convive con la discapacidad desde que tiene uso de razón. Con poco más de un año cogió el virus de la poliomielitis. Hoy tiene 62. Sin embargo, jamás había sentido el "abandono" y la "impotencia" que siente desde que, tras una caída, se rompió la cadera y se luxó el hombro. Se llama Teresa Salort y es la presidenta de la asociación de enfermos de Poliomielitis de la Comunitat Valenciana. Lleva años luchando para conseguir un protocolo sanitario que ayude al tratamiento (y al trato) de los que, como ella, son víctimas de la polio. No lo ha conseguido. Sin embargo, alza la voz de nuevo porque tras "el maltrato sufrido" es "importante que el sistema de salud público sepa lo que está pasando y modifique lo que haga falta para que no vuelva a pasar".

La mujer sufrió una caída el pasado 18 de octubre. La llevaron al Hospital La Fe "del cual no tengo ninguna queja", asegura la mujer en la reclamación que puso en la Generalitat Valenciana. El diagnóstico fue rotura de cadera pero no conderaron conveniente operarla "porque el hueso era muy frágil por la osteoporosis y no era viable una prótesis de cadera". Y la remitieron a su hospital de zona. "En el hospital Sant Frances de Borja de Gandia también consideraron que no debían operarme así que me remitieron a mi domicilio con la única indicación de que debía compaginar cama-sillón mañana y tarde".

Teresa lleva postrada en la cama desde el 19 de octubre.

Teresa lleva postrada en la cama desde el 19 de octubre. / Levante-EMV

La mujer asegura que "en ningún momento se tuvo en cuenta mi total atrofia de piernas ni mi luxación en el hombro. Estaba dolorida y cuando llegué a mi casa me surgieron preguntas de los movimientos que podía o no realizar. Ni yo ni mis familiares sabíamos ni cómo tocar, ni cómo mover, ni qué hacer conmigo... siquiera para lo más básico ya que no sabía ni cómo hacer mis necesidades", denuncia la mujer en la queja presentada. "Sólo si estaba tumbada de lado no tenía dodor. No sabía ni cómo podía hacer mis necesidades y esa era mi principal pregunta... y no hubo manera de poder formularla", explica Teresa Salort a Levante-EMV.

La mujer llamó por telefóno e insistió en hablar con un traumatólogo. Varias veces, en distintas ocasiones. No fue posible. No tenía cita previa telefónica. "La solución de mi médico de Atención Primaria era que me desplazara en ambulancia hasta urgencias del hsopital para formaular la pregunta. ¿Cón el dolor que tenía y lo que me costaba moverme? Ni hablar. Tuve que esperar hasta el 9 de noviembre, que tenía cita con el traumatólgo. Para mi sorpresa me dio el alta. Como no me podía operar... decidieron que tampco me harían ningún seguimiento. Y aquí sigo, postrada y olvidada en la cama", explica.

Alta médica a los 22 días de romperse la cadera

Del hospital salió con el alta médica y unas sesiones pautadas de rehabilitación, pero sólo para el hombro. "¿Y mi musculatura? ¿Alguien podía tener en cuenta la atrofia muscular que tengo? Ya tuve una caída hace años y perdí la estabilidad que tenía en uan pierna. Ahora temía que me pasara lo mismo, y así ha sido. La poca estabilidad que tenía para aguantarme de pie, un segundo, y poder moverme de la silla a la cama, o al baño... la he perdido. A nadie le ha preocupado que me pudra aquí, tumbada. No me ha visitado nadie, ni me ha llamado nadie. Soy yo la que me pago las sesiones de rehabilitación y me cuestan un dineral: 175 euros a la semana. Pero me hacen falta, las necesito. Mi salud mental también se ha resistido. Todo el día postrada... estoy deprimida. El desamparo de la sanidada pública ha sido brutal. También me pago de mi bolsillo el psicólogo. ¿Es esto justo?", explica.

Teresa es una mujer valiente. Denuncia un "maltrato" que cree "no debe caer en el olvido". La mujer puso una denuncia que ya ha tenido respuesta por parte de la Administración. Así, desde el Servicio de Atención e Información al Paciente lamentan "que la atención recibida no hay sido de su satisfacción" y le "garantizan" que "seguiremos trabajando por la mejora de la calidad de la atenciónque ofrecemos a los pacientes".

Para Teresa, la respuesta es "una vergüenza" y por eso "no tengo problemas en protestar, en salir en los medios y en decir, alto y claro, que me he sentido totalmente desamparada, sin atención alguna. Como a un perro abandonado. No hay derecho". El hermano de Teresa y su familia, sus vecinos del barrio de la casa familiar en Oliva, la ayudan. "Mi hermano está conmigo cuando no trabaja. Por las tardes y por las noches. Las vecinas tienen llaves y también me visitan, por si necesito cualquier cosa. Pero esta soledad es tremenda. Este desamparo es brutal. Ni me reconozco», explica.

La mujer vive en Valencia y "soy bastante autónoma con mi silla de ruedas. Peleo mucho desde la asociación por reconocer los derechos de las personas con polio y hasta saber el númeor de enfermos parece un imposible. Todo son piedras en el camino. Tengo derechos, como cualquier persona. Y como estoy enferma y no me pueden operar... ¿ya no hay seguimiento, ni atención, ni rehabilitación? No le deso a nadie lo que estoy pasando. Les ha faltado humanidad y empatía".