Incendio en Valencia

Los centros de donaciones para víctimas del incendio cierran por la avalancha solidaria: "Hemos llenado 10 camiones"

La falla Maestro Rodrigo ha llenado ya 10 camiones y varias furgonetas

Las familias que han acudido a donar ropa y calzado han desbordado las fallas, asociaciones y parroquias: "Estamos hablando con otras asociaciones para donarla"

Decenas de paquetes de ropa amontonados en la falla Maestro Rodrigo, cercana al edificio quemado.

Decenas de paquetes de ropa amontonados en la falla Maestro Rodrigo, cercana al edificio quemado. / Levante-EMV

Cientos de kilos de ropa en bolsas de plástico se agolpan en las puertas del casal de la falla Maestro Rodrigo, que ha colgado un cartel pidiendo que la ciudadanía deje de donar enseres para los afectados por el incendio. Lo mismo pasa en el local del grupo de scouts Seeonee, cuyos jóvenes no dan abasto para empacar cajas y han acabado echando la persiana. El local de Valientes, primero en recoger donaciones para los afectados del incendio, está derivando a personas porque no puede atender a tanta gente ni tiene espacio para tantas bolsas.

La falla Maestro Rodrigo ya no tiene medios ni puede abarcar tanta ayuda. Según explican fuentes de la comisión, en dos días han llenado 10 camiones de ropa y varias furgonetas; "tenemos ropa y comida para un pueblo entero", explican, aunque también agradecen que la gente se haya volcado tanto.

Esta comisión tiene un total de 5 familias afectadas que han perdido la casa. Aun así, dicen que el cierre será solo momentáneo "volveremos a abrir si vemos que no les sirve la ropa o ha cambiado el tiempo y necesitan otra", cuentan.

Según cuentan fuentes del local de Valientes, han recibido donaciones de todos los puntos de España. "Vinieron dos mujeres, una de Madrid y otra de Ávila con un montón de cajas llenas de ropa. También vinieron dos chicas con ropa recién comprada de una tienda, hubo gestos que nos emocionaron mucho", explica María Verdeguer, psicóloga y voluntaria que atiende a los afectados.

"La respuesta ha sido una locura, hemos tenido que cerrar porque no cabía todo", coinciden en declarar los responsables de varios de estos centros. Ari McNaughton, de los scouts, explica que tienen muchísima más ropa de la necesaria para las familias, y cuenta que "estamos llamando a otras asociaciones que la necesiten para donarla ahí y que no se pierda".

La sede de Valientes ya no acepta más donaciones porque está desbordada.

La sede de Valientes ya no acepta más donaciones porque está desbordada. / G. Sánchez

"¿Entonces dónde llevo yo la ropa?"

En la tienda de Valientes simplemente se dedican ya a derivar a la gente a otros sitios donde todavía siguen recogiendo cosas, como la parroquia de Campanar. "Esque no podemos atender a tantos, lo siento, no tenemos ya sitio para tanta ropa", cuenta una voluntaria a un ciudadano que contesta "¿Entonces dónde llevo la ropa? Lo iba a dejar en la falla, pero también está lleno".

No solo son las fallas de Campanar las que se han volcado con la tragedia, sino las comisiones de toda València, que han suspendido actos y se han puesto a recopilar ropa, calzado y productos de higiene para los afectados por la tragedia, lo que ha acabado por colapsar todavía más los centros de recogida.

En realidad, las donaciones de ropa no son del todo efectivas para las familias, que las necesitaban el primer día para salir del paso. Las entidades piden ahora otras cosas como productos de higiene, ya que están completamente desbordados por la ropa que no saben para lo que se va a utilizar, por lo que buscan otras asociaciones para donarla.

Recogida de donaciones en la falla Maestro Rodrigo de Valencia.

Recogida de donaciones en la falla Maestro Rodrigo de Valencia. / Gonzalo Sánchez

Mercedes vilar y Sonia Queipo, de una farmacia cercana, también han recogido productos: "les hemos dado cosas de aseo, cepillos de dientes y pasta, cosas de cura, ibuprofeno, paracetamol..." cuentan. Dicen que "es un ambiente de dolor, donde mucha gente entra llorando porque se han quedado sin nada".

Juguetes

"Otros padres nos han traído juguetes, para hacerle a los niños el día un poco más ameno, los más mayores te cuentan cómo les evacuaron, el humo... Y hemos intentado hacer un día más lúdico para que estuvieran más entretenidos", explica el director de una escuela infantil cercana.

En este centro hay tres familias afectadas, las tres ucranianas y que huyeron de la guerra para volver a perderlo todo. El director Sebastián Ferrer asegura que no les van a cobrar la cuota durante un tiempo como gesto solidario, y se ofrece a cuidar a los niños durante más tiempo para que la familia pueda afrontar la avalancha de trámites que tiene por delante, ya que muchos de los documentos que han perdido son de extranjería y son muy difíciles de solicitar de nuevo.

En el centro dicen que están intentando "mantener la normalidad" y tener más tiempo de juegos, a la par que trabajan con los menores lo que ha sucedido en el incendio e intentan hablarlo con toda la normalidad posible. "Lo importante es todo lo que tendremos que trabajar a largo plazo", cuenta el director.

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