La izquierda jubila a la generación de la Transición

La retirada de Ribó se suma a la salida de Puig a París, el cese de Vicent Soler, la marcha a Madrid de Morera y el ocaso político de Ábalos

Se abre un escenario de cambio: de liderazgos referenciados en la defensa del autogobierno a la expectativa de un nuevo relato en el PSPV y Compromís

Vicent Soler, Enric Morera, Ximo Puig y Joan Ribó, en un acto del primer Botànic

Vicent Soler, Enric Morera, Ximo Puig y Joan Ribó, en un acto del primer Botànic / José Aleixandre

José Luis García Nieves

José Luis García Nieves

El signo de este tiempo es la velocidad. Cambio, urgencia, renovación. Todo es susceptible de ser sacrificado, una ofrenda en el altar de la novedad permanente. Una prenda de ropa, la última novedad de Apple o un líder político, la disciplina que también ha sucumbido al ritmo devorador del siglo XXI. Los liderazgos emergen, se consolidan y se destruyen en menos de una legislatura. Pablo Iglesias, Albert Rivera, Pablo Casado, Eduardo Madina, Inés Arrimadas, Soraya Sáenz de Santamaría, Susana Díaz. Hoy todos están en consultoras y tertulias. La última década está llena de estrellas fugaces.

El contexto aporta valor a lo que ha sucedido en la izquierda valenciana. La retirada definitiva del exalcalde de València Joan Ribó pone el corolario a una semanas que dejan el aroma de cambio de ciclo en la izquierda política valenciana: el adiós de una generación que ha mantenido a los partidos locales conectados con la Transición y el origen del autogobierno valenciano, y que no ha dejado de estar en primera fila -como protagonistas o como referentes- durante las últimas décadas.

Ximo Puig

Es el caso del expresident Ximo Puig (65 años), que pronto tomará posesión como embajador de España ante la OCDE, que comenzó en el gabinete del president Lerma en 1986 y ha estado en primera o segunda línea del PSPV casi 4 décadas. También estos días se ha certificado, aunque por motivos muy diferentes, el ocaso de José Luis Ábalos (64 años), un histórico del socialismo valenciano rodeado ahora por un escándalo de corrupción. También el expresident Joan Lerma (72 años) ha tenido un segundo retiro silencioso, tras dejar el acta de senador que ha ocupado en los últimos años.

Vicent Soler

Ha ocurrido también con Vicent Soler (74 años), un referente intelectual y político histórico en el socialismo y el valencianismo político, conseller en varios gobiernos de la democracia, que ha sido destituido por el Consell de Mazón como president del Consell Social de la Universitat de València. Y, en Compromís, junto a Ribó (76 años), el último ciclo electoral deja también la salida de Enric Morera (59) de la política autonómica en dirección al Senado, un histórico del valencianismo que ya militaba en la transición en el Partit Nacionalista del País Valencià; así como los alicantinos Rafa Climent (63), otro histórico del Bloc, conseller durante todo el Botànic, o el también exconseller Manuel Alcaraz (66), que concurrió en las últimas generales como número 1 de Compromís al Senado. 

“Es la jubilación de la generación de mis padres. En una democracia normal tu vida como líder comienza a los 40 y algo y te jubilas a los 60 porque tienes un relevo. Esta gente ha tenido el doble de una vida normal. Es complicada la idea de relevo cuando lo han marcado todo y han recurrido a ellos para todo tipo de crisis”, dice Francesc Miralles, politólogo y consultor. “Esa generación ha tenido una vida más larga porque la que venía por detrás no ha sido precisamente la más brillante”, señala Miralles.

Hay una máxima en política: lo que realmente desgasta no es el poder, sino la oposición. Algo parecido podría decirse de esta situación: a esta generación la ha jubilado, más que la edad, el tsunami institucional del pasado 2023. Ya le ocurrió a la derecha. La 'desfeta' de 2015 -con el añadido de la hipoteca de la corrupción en algunos casos- jubiló de la primera línea a una generación más joven: la de Alberto Fabra, Francisco Camps, Ricardo Costa o Isabel Bonig. Y anticipó el relevo de una generación entre los 30 y los 40 años, como Carlos Mazón, María José Catalá o Vicent Mompó.

Coetáneos del Estatut

En cuanto a la izquierda, este relevo va más allá de un cambio de cromos. Se corta el cordón umbilical con el origen del autogobierno y la cultura de la transición. Vicent Soler, por su trayectoria intelectual y política, es el gran representante de esa generación. Y da algunas claves de la longevidad de su generación: “Empezamos muy jóvenes. No había una generación anterior a la nuestra, a excepción de Vicent Ventura y algunos lideres del Partido Comunista. Teníamos que hacer todos los papeles del 'Auca'. Íbamos improvisando muchas cosas porque éramos los primeros. Hicimos el papel de una generación anterior que no existía y el que le tocaba a la nuestra. Hicimos el papel de dos generaciones”, apunta el exconseller Soler. Esa responsabilidad prematura (Lerma llegó al Palau con 31 años) y su impacto en la conformación de la izquierda les ha mantenido en primera línea.

¿Qué va a suponer el relevo? La abogada y politóloga Susi Boix simboliza en Vicent Soler y Enric Morera el ADN de unas generaciones ubicadas en las coordenadas de la defensa del autobogierno, que se ha visto hasta hoy, como la reciente batalla por el derecho foral y las competencias propias. Y apunta: “Los liderazgos que vienen son ya nacidos en un periodo democrático. Y las miradas que tenemos sobre ellos son diferentes: buscamos otras banderas”.

Los relevos en la izquierda

Diana Morant deberá determinar qué quiere ser el PSPV. "Será interesante la nueva etapa de un liderazgo con una ministra: compaginación de agendas y de mensajes. El mensaje va a ser fundamental: ¿qué dice la nueva generación de la izquierda valenciana, qué quiere abanderar? ¿Se va a continuar con la reafirmación del autogobierno y reafirmar las competencias autonómicos o si abordará otra vertiente?, cuestiona Boix.

El nuevo liderazgo de Compromís

Lo mismo puede ocurrir a su izquierda, en Compromís: "Tiene qué decidir cuál es su nuevo liderazgo y qué quiere ser. Las circunstancias en las que nace han cambiado. Internamente no saben cómo quieren continuar. Tiene tres tareas importantes: quién va a liderar, cómo lo va a liderar y qué va a liderar, en un momento en que los partidos nacionalistas están en auge”, concluye sobre una hipotética alianza con Sumar o profundizar en un vía territorial siguiendo la estela de BNG.

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