"El problema es que la familia no es sostenible porque garantiza el futuro pero no tiene apoyos"

La transformación familiar ha supuesto pasar de un hogar con padre y madre y, al menos cuatro hijos y un modelo diverso de progenitores y el nexo común de tener el menor número de hijos posible

Alicia Grau y su familia de seis, ejemplo de familia numerosa

Alicia Grau y su familia de seis, ejemplo de familia numerosa / Fernando Bustamante

Mónica Ros

Mónica Ros

Como poco había cuatro hermanos y lo normal era que hubiera alguno más. El padre trabajaba fuera de casa. La madre era la encargada de los cuidados y del hogar. Era frecuente que también viviera en esa casa la abuela o el abuelo, que se trasladaba a la vivienda de la hija o del hijo al enviudar. Este era el tipo de modelo familiar de hace cincuenta años. Ahora son la excepción. El modelo ha cambiado y se han diversificado los tipos de familia, centrados en unos progenitores que ni tiene por que ser hombre y mujer ni tienen porqué ser dos personas que, además, vivan en pareja. Ahora bien, aunque el modelo de familia se ha diversificado existe un nexo común y es que las familias tienen los menos hijos posibles. La mayoría, uno. Otras, ninguno. El modelo más común, dos. Tres es lo más frecuente en cuanto a familias numerosas y cuatro, la excepción. Levante-EMV conversa del cambio de modelo y de la dificultad actual de las familias con los dos puntos extremos: una familia numerosa de cuatro hijos y una monoparental, formada por madre e hija. Y aunque son polos opuestos y circunstancias totalmente distintas, las quejas son muy similares y la denuncia la misma: la natalidad baja porque no hay apoyo a las familias. Ni visos de cambio.

"El problema es que la familia no es sostenible. La familia es el instrumento más potente que tienen los gobiernos para influir en el nivel de vida de las generaciones futuras pero lo ignoran. Los gobiernos han hecho mucho hincapié en visibilizar los distintos modelos de familias que hay y eso es muy positivo pero no ponen el foco en la base, que es la natalidad", explica Alicia Grau, madre de cuatro hijos y periodista de profesión que argumenta sus declaraciones con datos. "Que la natalidad va a la baja es una realidad, pero si rascamos un poco vemos que el 60% de las mujeres asegura que le gustaría tener más hijos y que casi el 70% se sienten malas madres. Estos datos reflejan que algo está fallando. Los gobiernos no están apostando por la sostenibilidad de la familia y ya veremos en qué se traduce esta situación. El problema es que la familia, como institución, no tiene apoyos", explica.

Propuestas en varios niveles

Para poder resolver esta situación, Alicia Grau, tiene propuestas para la ciudadanía, para las empresas y para los gobiernos. "Las personas deben reflexionar sobre el modelo de familia que quieren, en relación con los horarios, sueldos y trabajos así como con las necesidades y perspectiva vitales porque necesitamos niños que sean educados por sus padres y no por pantallas ni por abuelos. Por eso necesitamos pensar qué planteamiento de vida tengo y cómo nos vamos a organizar para atender a la familia que vamos a formar", explica. En relación con las empresas, esta madre de familia asegura que "deben favorecer la conciliación y el gobierno debe premiarles por hacerlo para que sea un aliciente". Además, apuesta por "educar en corresponsabilidad" y lanza un mensaje a la Administración: "Ojalá campañas de sensibilización de apoyo a la familia y a sus valores. Me encantaría ver una marquesina del autobús como mensajes como 'cuida a tus padres, llámales'. Porque vamos tan estresados que descuidamos la base".

Ainhoa Navarro, con su hija de 7 años, ejemplo de familia monoparental

Ainhoa Navarro, con su hija de 7 años, ejemplo de familia monoparental / Germán Caballero

La familia de Ainhoa Navarro nada tiene que ver con la de Alicia Grau y, sin embargo, comparten la misma sensación de "abandono" y falta de apoyo por parte de los gobiernos, de las empresas y de las instituciones. La de Ainhoa fue una maternidad en solitario decidida y "muy pensada". "No quise formar una familia con quien fue mi pareja durante 12 años porque sabía que no era la persona adecuada para hacerlo. Existe la creencia popular de que las madres solteras que tenemos hijos lo hacemos porque nadie nos quiere ni nos ha querido ni nos va a querer. Pero no es así. Yo he formado la familia que he querido formar", explica. Su primera queja es, como la de la inmensa mayoría de familias con hijos, la conciliación. Esa palabra tan recurrente e irreal en el mundo laboral. "La conciliación es un problema para todas las familias, pero en el caso de las monoparentales implica ser juzgada de forma constante. Si pides reducir horas (con salario incluido), o un horario, o un permiso... te juzgan y te critican. Es como si pidieras una limosna porque la empresa y los compañeros piensan que es tu problema... que como decidiste ser madre sola... pues ahí te apañes", explica. Es más, recalca que se ha sentido "muy sola" en su maternidad porque, además, la enfermedad llamó a su puerta y la administración "me abandonó, no he tenido ninguna ayuda", asegura.

La Federación de Familias Numerosas critica la ley estatal

La natalidad va a la baja y el Gobierno ha aprobado una ley de Familias que, sin embargo, ha puesto en pie de guerra a las familias numerosas y también a las monoparentales. Desde la Federación de Familias Numerosas de la Comunitat Valenciana explican que la nueva ley "reconoce diversos tipos de familia pera acaba con la nomenclatura de numerosas y eso significa eliminar la especificidad de las familias numerosas que tiene una serie de ayudas en función de los hijos que tenemos. Ahora somos familias con necesidades especiales de crianza y no estamos conformes. Somos numerosas porque somos muchos. Necesitamos apoyo y reconocimiento porque aportamos lo más importante que tiene una sociedad: el capital humano. Y, sin embargo, tenemos mala prensa, nos tratan como bichos raros y todo son críticas a las familias numerosas".

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