Vuelven a abrir un butrón para entrar en la antigua Paduana de Ontinyent

La familia propietaria presenta una nueva denuncia ante la Policía Nacional por el vandalismo en las instalaciones

Butrón abierto en la antigua Paduana de Ontinyent.

Butrón abierto en la antigua Paduana de Ontinyent.

S. Gómez

El antiguo almacén abandonado de Paduana sigue en el foco del vandalismo en Ontinyent. La familia propietaria del complejo ha interpuesto una nueva denuncia en la comisaría de la Policía Nacional tras un reciente asalto al interior de las instalaciones mediante la apertura de un butrón.

Los vándalos han utilizados mazas para derribar parte de un muro para entrar en el viejo complejo de fabricación de mantas, cuyos accesos fueron tapiados con hormigón hace años después de registrarse otros hechos similares con anterioridad.

En los últimos años, se han sucedido múltiples episodios similares: los autores se las ingenian para acceder a las instalaciones mediante butrones a pesar de que en su seno ya no queda nada de valor. Los asaltantes ya se llevaron todo el cobre y los pocos objetos que quedaron tras el abandono.

Interior de las instalaciones del complejo en Ontinyent.

Interior de las instalaciones del complejo en Ontinyent.

Los asaltos se repiten

Son varias las denuncias que ha presentado la familia propietaria de Paduana por los mismos hechos. Los dueños se muestran desesperados por el peligro que suponen estas entradas en caso que se produzca algún incidente serio y por los quebraderos de cabeza y el coste que comportan los constantes trabajos para reparar desperfectos y arreglar puertas, persianas y ventanas rotas y levantar tabiques.

El antiguo complejo fabril tiene una superficie de 14.000 m2, infinidad de recovecos de acceso y se encuentra en un estado precario que podría precipitar cualquier accidente

En la mayoría de ocasiones, todo apunta a que los intrusos se cuelan por mera diversión: en anteriores asaltos se han encontrado numerosos restos de colillas y botellas de alcohol, así como pilas de madera a modo de hoguera dentro de las instalaciones. Pese a las medidas para impedir el acceso mediante bloques, ladrillos y ventanas tapiadas, los desperfectos se suceden.