El Hombre del Bigote se borra de la Fira: "Con esta temperatura el producto pierde calidad"

La emblemática parada de Daniel Dacosta, pionera en la venta de embutidos en el gran evento comercial de Xàtiva, no ha regresado desde la pandemia después de 37 años de presencia ininterrumpida

Daniel Dacosta, responsable de El Hombre del Bigote, atiende a los clientes en una Fira d'Agost de 2014.

Daniel Dacosta, responsable de El Hombre del Bigote, atiende a los clientes en una Fira d'Agost de 2014. / AGUSTI PERALES IBORRA

Sergio Gómez

Sergio Gómez

Su rostro era uno de los más reconocidos en el recorrido comercial de la Fira d'Agost y su parada de embutidos, jamones y quesos de alta gama, una de las más cotizadas entre el público. En la atípica edición de 2022, marcada por el regreso del evento tras el paréntesis de la crisis sanitaria, tomó la decisión de no montar el puesto después de 38 años de participación solo interrumpidos por la pandemia. En este 2023, la ausencia del camión del Hombre del Bigote en el tramo inicial de la Fira se ha confirmado. Y no pasa desapercibida.

Originario de Lugo pero asentado en l'Alcúdia de Crespins, Daniel Dacosta -responsable de la marca- admite que le costó "mucho" tomar la iniciativa, consciente de que su punto de venta era uno de los más antiguos que resistían en el gran evento de Xàtiva. "Estábamos muy contentos con la Fira, pero es muy sufrida", explica a Levante-EMV por teléfono desde su tierra natal, donde disfruta de unos días de vacaciones.

"Mucha gente no lo entiende, pero he sufrido mucho en esa Fira", asegura Dacosta

Lo primero que aclara cuando se le preguntan las razones de su camino de no retorno es que no ha tenido ningún tipo de desencuentro con el ayuntamiento. "Creo que no estábamos ofreciendo la calidad que se merece nuestro producto debido a la temperatura que hay: mucha gente no lo entiende, pero he sufrido mucho en esa Fira", enfatiza Dacosta.

¿Muchas horas al pie del cañón? "Estar muchas horas lo aguantábamos, pero el producto se resentía estando tanto tiempo a la intemperie", incide el vendedor, que ahora focaliza los esfuerzos de su empresa en los puestos que mantiene abiertos cada semana en el recientemente rehabilitado mercado municipal de Canals y en l'Alcúdia de Crespins. "Teníamos mejores instalaciones que otros, pero aún así se quedaban cortas. Los equipos a veces no iban bien y los técnicos que tenían que repararlos estaban de vacaciones: todo era sufrimiento. Por fortuna los inspectores sanitarios nunca nos llamaron la atención", apunta el charcutero.

La parda de El Hombre del Bigote, en una imagen de 2013.

La parda de El Hombre del Bigote, en una imagen de 2013. / AGUSTI PERALES IBORRA

Pioneros en la venta de embutidos en la Fira

Daniel Dacosta asumió en 1998 el testigo de su hermano al frente del negocio después del trágico fallecimiento de este en un accidente de tráfico. En 1981, el Hombre del Bigote fue pionero en introducir productos gastronómicos como jamones, chorizos o quesos de Lugo en una feria donde este tipo de alimentos no tenían ninguna tradición. El éxito fue tal que el vendedor compró un almacén en l'Alcúdia de Crespins. De forma paralela, el número de puestos de venta de charcutería fue aumentando de manera exponencial en los años siguientes en la Fira d'Agost.

Las paradas de embutidos han ido en declive en la Fira tras su crecimiento exponencial en los 90

En 2004 se podían contabilizar hasta ocho paradas de este tipo con productos de calidad de distintas partes de España. En los últimos años, sin embargo, estas paradas artesanales han experimentado un declive. Actualmente, en el tramo donde operaba el Hombre del Bigote apenas quedan dos puestos, una jamonería y una quesería tradicional.

"Hasta que llegó la pandemia en 2019 hemos valorado mucho poder estar en la Fira, porque económicamente nos compensaba y la gente nos transmitía mucho cariño, pero el producto no era el que nosotros queríamos vender", zanja Dacosta. Muchos en Xàtiva lo echarán de menos.