LA CIUDAD DE LAS DAMAS

Animales

Un perro, bebiendo en una fuente de Xàtiva, en una imagen de archivo.

Un perro, bebiendo en una fuente de Xàtiva, en una imagen de archivo. / Perales Iborra

Mar Vicent

Esta semana ha sido San Antonio Abad, festividad con gran seguimiento popular que incluye la multitudinaria bendición de los animales, un acto la mar de pintoresco y entrañable en el que las familias llevan desde el canario a la mula, pasando por la pecera y la jaula del hámster, para que reciban las bendiciones de la Iglesia que les procurarán, o por lo menos esa es la idea, una larga y buena vida.

Y es que el amor a los animales es patente en Xàtiva. Hay más de 4.000 perros inscritos en el censo existente, siendo la segunda localidad con más animales registrados. Aunque no están todos los que son, ya que según el colegio de veterinarios son más de 7.000 los que viven en la ciudad. Una población perruna que da trabajo a más de 130 hospitales y clínicas veterinarias por lo que se convierte en un nicho laboral de considerable interés.

Lo cierto es que a pesar de algunas tradiciones que más valdría olvidar, el amor a los animales que es rasgo que dignifica a un país y a su ciudadanía, está muy extendido en España . Un amor en la mayoría de los casos que se manifiesta con responsabilidad y coherencia. De hecho, el 52% de los españoles que tienen mascota reconocen que dedican más de 4 horas al día a estar con sus animales, siendo el país que más tiempo dedica a los animales domésticos, por delante de Estados Unidos (39%), Francia (36%) y Alemania (35%).

No solo se trata de perros, aunque sea la opción preferente. Casi un 60 % se inclinan por los gatos y, sorprendentemente, los peces también representan una cifra muy elevada en comparación a otros países, con un 19%.

Con todo, sigue habiendo prácticas más que rechazables como el abandono de más de 280.000 perros y gatos en 2022. Sin contar con episodios que trascienden, relacionados frecuentemente con perros de caza, así como casos de salvajismo con gatos, como el recientemente sucedido en Xàtiva, cuando alguien encontró divertido dispararles balines. Actividad que choca de frente con el trabajo y la preocupación que demuestran por el bienestar gatuno asociaciones como Una Huella en el Corazón y CES Colonias Felinas.

No habría que olvidar que el trato hacia los animales no es más que la demostración del grado de civismo y capacidad de convivencia de una sociedad moderna. La brutalidad que demostraban antiguas tradiciones hoy ya extinguidas, la falta de respeto a la vida de otros seres, no son rasgos que configuren precisamente a una sociedad madura. Ya están afortunadamente superados festejos consistentes en apalear a animales, lancearlos, colgarlos, prender fuego a partes de sus cuerpos o arrancárselas, lanzarlos desde alturas o al agua, con el sorprendente objetivo de honrar a patrones y patronas que allí donde estén debían alucinar ante tales espectáculos.

Existe una Ley de Bienestar animal ya aprobada y vigente que exige cambios e impone condiciones en el trato con los animales, pero está pendiente de desarrollos reglamentarios que clarificarán su aplicación. Hay que confiar en que las administraciones no convertirán el tema en pelota sobre el tejado de otros, sino que lo afrontarán con sensatez y rigor para que los derechos de los animales y de sus amos sean respetados en su integridad y no colisionen entre ellos ni con el resto de la ciudadanía.

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