Las raíces del esparto se hunden en la Canal de Navarrés

El artesano José Nácher aprendió a tratar este material en los años 80 del pasado siglo XX en Bicorp y ahora muestra su trabajo en Xàtiva

El arte de trabajar el esparto

Perales Iborra

La artesanía más tradicional sufre un claro declive, agravado en las últimas décadas. En la actualidad, los productos manufacturados a mano son cada vez más singulares. Auténticas rarezas. Lejos quedan los años en los que en todos los pueblos y ciudades se conocían las calles por los oficios de sus residentes. 

Sin embargo, algunos artesanos aficionados aún mantienen la sabiduría más ancestral. Y no quieren que se pierda. Es lo que ocurre con José Nácher, que aprendió los usos para tratar el esparto en los años 80 del pasado siglo XX en Bicorp. La Canal de Navarrés fue cuna de artesanías, las raíces del esparto se hunden en su tierra. Consciente de la necesidad de mantener vivos este tipo de hábitos, Nácher inauguró el pasado viernes en la galería de arte «La Tira» de Xàtiva una exposición divulgativa sobre la artesanía del esparto. La muestra se podrá conocer hasta finales del presente mes. El visitante se encontrará con paneles explicativos, fotos, utensilios y algunas de las piezas que ha elaborado el menestral. 

Consultado sobre sus inicios como espartero, el coordinador de la iniciativa explicó que todo se remonta a finales de la década de los 80 del siglo XX:«Visité un restaurante en la Canal y me llamó mucho la atención la decoración rústica que ofrecían, sobre todo una serie elementos confeccionados con esparto. Les pregunté quién lo había hecho y dijeron que era un artesano de Bicorp. Le visité y hablé con él, me dijo que podría enseñarme. Alquilé una casita en el pueblo para ir los fines de semana. Aprendí mucho», relató ayer. Así, Nácher explicó que «los esparteros escogían las matas de esparto en el atochar, arrancaban sus hojas cilíndricas, las preparaban, tendiéndolas al sol o cociéndolas en agua para poder machacarlas después. Posteriormente, trabajaban ese material, acoplando su confección a las necesidades domésticas o agrícolas de la época». En la actualidad, esos usos se han ido perdiendo. Entre las piezas que muestra el artesano —algunas a la venta— se encuentran alpargatas, bolsos o salvamanteles:«No vendo casi nada la verdad, cada vez hago menos. Estoy jubilado, para mí es un hobby. La gente no es consciente de las horas que se tarda en confeccionar una pieza de este tipo». 

También defendió el trabajo realizado durante generaciones por sagas de artesanos:«Actualmente los útiles de esparto se reducen a usos limitados y a la artesanía decorativa, pero no debemos olvidar que el trabajo de esos esparteros supuso el medio de vida para muchas familias durante generaciones, facilitando de esa manera los enseres necesarios a la población de su tiempo». 

Y no escondió sus intenciones de homenajear a los hombres y mujeres que trabajaron el esparto: «Sirva esta exposición temática como tributo a quienes dependían de esa forma de vida que, hasta no hace mucho, era algo habitual en la cultura cotidiana».