Quatretonda rescata la figura de Joan Baptista Benavent, poderoso antiilustrado del siglo XVIII

La última publicación de la biblioteca Quatretondenca desgrana la vida de un destacado personaje eclesiástico de la localidad que fue enterrado en la capilla de la Virgen María de los Desamparados de València

Portada del último libro publicado por la Biblioteca Quatretondenca

Portada del último libro publicado por la Biblioteca Quatretondenca / Levante-EMV

"Joan Baptista Benavent Bañuls (1703-1769), un poderós quatretondí antiil·lustrat del s. XVIII". Estes el título del nuevo trabajo de Frederic Oriola Velló publicado por la BQ (Biblioteca Quatretondenca, libretos coleccionables) que edita el Ayuntamiento de Quatretonda con el apoyo de la Biblioteca Municipal y la colaboración de la Conselleria de Educación. El volumen número 10 de la serie Mig Almud se presentará este viernes a las 19 horas en la Biblioteca Estanislau Alberola).

El autor es un historiador y profesor que, a partir de una intensa consulta de fondos archivísticos y bibliográficos, ha conseguido desgranar la vida y, sobre todo, el curriculum vitae de este quatretondí del que apenas quedaba rastro en la memoria local salvo por una referencia bibliográfica aportada por el canónigo Sanchis Sivera, que en su Nomenclátor de los pueblos de la Diócesis de València comenta: “Como hijo ilustre de este pueblo hay que nombrar, entre otros, al doctor D. Juan Bautista Benavent, catedrático de filosofía y teología de la Universidad de Valencia y paborde de su Catedral, que murió el 7 de marzo de 1769.”

Nacido en Quatretonda el 1703 y miembro de una destacada familia conocida como los “señoritos de Benavent” o de “la casa de los Benavent” -propietarios de casas y tierras- que se mantendría ligada al pueblo al menos hasta finales del siglo XX, cuando su huella física se diluye tras la venta de la casa solariega de la plaza de Oliver.

Joan B. Benavent Bañuls fue un destacado personaje en el ámbito eclesiástico que inició a los 18 años los estudios de Teología en la Universitat de València, adquiriendo el título de doctor en 1726. Aun así, como señala el autor, aquello que lo atraía no era la vida sacerdotal o la contemplativa de un religioso, sino más bien la vida universitaria y la carrera eclesiástica –oficios y dignidades eclesiásticas- a la que dedicaría grandes esfuerzos y gran parte de su vida. No en balde, en 1724, todavía como doctorando en Teología, se presentó a oposiciones de una cátedra de Filosofía.

Hombre tenaz como era, y siguiendo su objetivo en la vida, dedicando esfuerzos y recursos, se presentó a una veintena de oposiciones consiguiendo finalmente sus objetivos: ser catedrático de universidad con pabordia asociada a la catedral de València, así como una canonjía del capítulo catedralicio.

Donación para Quatretonda y enterrado en la Basílica de Valencia

Oriola señala que para conseguir estas plazas no solo hacían falta títulos y saberes, porque en la época y, como casi siempre, también había presiones, tráfico de influencias, difamaciones o sobornos, y Benavent también tenía contrarios y competidores. Además, hombre ilustrado y de letras como era, combatía las reformas que los ilustrados del llamado siglo de las Luces propugnaban para cambiar las estructuras del Antiguo Régimen.

Pero pocos años más pudo disfrutar de los éxitos ganados después de años de estudio y trabajo, puesto que murió un 7 de marzo de 1769 sin olvidar en sus últimas voluntades, y en la línea de sus preocupaciones pedagógicas, de hacer una donación de 2.000 libras para dotar una plaza de maestro de primeras letras, gramática y doctrina cristiana para que ejerciera la docencia en Quatretonda.

Como era su voluntad –no exenta de polémica- fue enterrado en la capilla de la Virgen María de los Desamparados. Probablemente, y como anota el autor, la suya fue una de las diez tumbas localizadas en febrero de 2007 durante las tareas de restauración de la basílica de la Virgen María de los Desamparados y que todavía permanecen sin identificar.