La setabense Inmaculada Abarca corona el mirador de Cartagena con una escultura de 10 metros

La obra, que muestra seis banderas confeccionadas con ropa usada de mujer, reivindica un futuro sin violencia machista y homenajea a las mujeres víctimas de esta lacra

La escultora ha sido seleccionada en la convocatoria pública del Festival de arte emergente Mucho más mayo de la ciudad murciana

La escultura de Inmacualda Abarca en Cartagena

La escultura de Inmacualda Abarca en Cartagena / Inmaculada Abarcaq

Sergio Gómez

Sergio Gómez

Seis banderas confeccionadas a partir de ropa usada de mujer (vestidos, faldas y camisas con estampado floreado) e instaladas a media asta sobre mástiles de 10 metros de altura. Esta es la composición escultórica con la que la artista setabense Inmaculada Abarca ha coronado la explanada del Parque Torres de Cartagena, un emblemático punto desde donde se otea toda la ciudad murciana.

Abarca ha sido seleccionada en la convocatoria pública promovida por el Ayuntamiento de Cartagena para participar en el XIV Festival de arte emergente "Mucho más mayo 2024", que coloniza el entorno urbano del municipio de intervenciones artísticas.

Las banderas hechas con ropa de mujer en la explanada del parque Torres de Cartagena.

Las banderas hechas con ropa de mujer en la explanada del parque Torres de Cartagena. / Inmaculada Abarca

"Enarbolando otros mundos posibles" es el título de la obra creada 'ex profeso' para la cita cultural por la setabense, que puede apreciarse hasta el día 2 de junio. En palabras de la autora, la escultura reivindica la posibilidad de pensar en un presente y un futuro cercano, en el que la violencia de todo tipo, pero en particular, hacia las mujeres, desaparezca por completo.

Las banderas instaladas "son una metáfora visual en clave femenina en favor de la igualdad, del aprovechamiento de recursos, en contra de la violencia, de los conflictos bélicos, de los abusos y, en general, del ser humano como objeto de consumo". Tanto desde el punto de vista artístico como simbólicamente, el material utilizado resulta especialmente poderoso, puesto que "conserva la impronta (costuras, botones, ojales, volantes, etc.) de las mujeres que lo usaron, convirtiéndose así en un homenaje a las mujeres que han sido asesinadas o se han visto obligadas a desplazarse o cambiar sus vidas por este tipo de violencias". 

A partir del ornamento vegetal, presente en ocasiones, en los estampados de las prendas femeninas, la obra "se concibe como una reflexión en contra de la violencia que permite abordar la ambigüedad con la que, en determinadas sociedades y todavía en la actualidad, se consienten prácticas ancestrales, el comercio de seres humanos o la generación de conflictos globales que siembran violencia y desigualdad", profundiza Abarca.

Las banderas fueron confeccionadas de forma colaborativa, en el Taller de costura creativa de la Universidad Popular de Cartagena, con costureras que participaron en el proyecto de forma voluntaria.

La construcción de estas banderas floreadas recupera el significado de las insignias totémicas ancestrales empleadas históricamente por diferentes culturas. "Colocándose en lo alto de un mástil, con su elevación, o como estas, a media asta, las banderas transmiten la voluntad de situar la proyección del símbolo elegido (en este caso el ornamento floral y los estereotipos en relación con la belleza) por encima del nivel normal", explica la escultura.

De este hecho deriva el simbolismo general de la bandera como signo de historia y autoafirmación." La forma de vestir generalmente nos identifica, y, en este caso, las flores de todos estos vestidos revisan de forma crítica los estereotipos creados en torno a la belleza y que aún hoy, se mantienen ‐como a lo largo de toda la historia del ser humano‐ estrechamente vinculados tanto a los ciclos propios de la naturaleza como a lo femenino", incide Abarca.

Denuncia de estereotipos

"Visibilizar estas problemáticas permite reflexionar sobre la idea de que, tras la alegría, la belleza y la fiesta que evidencian estas 'bonitas' banderas floreadas, se denuncian los estereotipos relacionados con la belleza misma, el consumismo o el tráfico de personas, como actividades que no dignifican al ser humano. Plantear este tipo de cuestiones es una invitación a encontrar otras estrategias para resolver los conflictos, enarbolando, como indica el título de la obra, otros mundos posibles", remacha la autora. 

Las banderas fueron confeccionadas de forma colaborativa, en el Taller de costura creativa de la Universidad Popular de Cartagena, con costureras que participaron en el proyecto de forma voluntaria. El material textil fue proporcionado por el Proyecto Abraham de Murcia, asociación que trabaja por una sociedad más justa, solidaria y sostenible, a través de diversas actividades vinculadas a la gestión integral de los residuos.