Literaturizar el fútbol, darle ese carácter literario, no es fácil. Este espectáculo viviente, contenido en la pericia única y atroz de golpear el balón, tiene un cariz tan emocionante como difícil de contar. Por eso, Rafa Lahuerta, Paco Lloret y Juan Lagardera presentaron Nunca fuimos más felices (Tusquets Editories, 2021), el nuevo libro de Carlos Marzal, en Ruzafa Studio. Un tridente de cuatro puntas con alma de futbolista. Porque sus apellidos tienen la resonancia necesaria para viajar felizmente por la megafonía del estadio y ser recordados por la afición.

El objetivo del encuentro fue poner palabras, conocer un deporte que Josep Pla definió como “un auténtico cáncer social”. Y eso que vio jugar a Cruyff, pero el maestro de Palafrugell hubiera suscrito la misma frase si hubiera visto al Valencia de Peter Lim: “El club está en las peores manos posibles. El Valencia es el juguete de sus propietarios, su capricho”, manifestó Paco Lloret. Y Marzal apostilló que “el futuro del equipo es muy negro”.

El acto, moderado por Juan Lagardera, pivotó sobre la forma de escribir, el estado actual del fútbol y la historia del Valencia CF.

Sobre el “madridismo” de Marzal, guante que lanzó el presentador para abrir el acto, el poeta apuntó con cierta ironía que “lo hacía para molestar a mis amigos, pero le cogí simpatía al Madrid de la Quinta del Buitre”. Y eso que no se pierde ningún partido del Valencia CF junto a su hijo, presente ayer en el acto y al que está dedicado el libro.

Un momento de la presentación en Ruzafa Studio. Levante-EMV

Escribir en spinning

Lahuerta reveló que pare sus textos sobre la bici estática, en la que se ha montado un pupitre encima del manillar para colocar el ordenador: “Yo soy solo un botiguer, escucho las historias de la gente a la que atiendo y, a veces, les doy forma sobre la bici”.

Por su parte, Lloret, autor de Bronco y copero (Àrbena, 2018), explicó que él escribe sobre el pasado del Valencia CFcomo terapia para afrontar la situación actual”. Marzal contó que es “un escritor constante, pero fragmentario, sin fidelidad a un género. Paso del aforismo o el verso a la novela en un instante”.

Asimismo, el escritor de moda tras el éxito de Noruega (Llibres de la Drassana, 2020), apuntó que “sin la voz de Lloret, no me habría reconocido como aspirante a escritor. Él es el continuador del gran cronista Hernández Perpiñá, como también lo fue Jose Vicente Aleixandre o ahora Vicent Chilet”.

El relato del club

El Valencia es Mestalla, su fuerza y su épica radican en ese campo”, expuso Lahuerta, quien también recordó la figura de Vicente Peris, del que el próximo año se cumplirá medio siglo de su fallecimiento: “El club se convirtió en abierto, cosmopolita y transversal gracias a él”. Paco Lloret, autor de Camp de Mestalla: un recorrido por la historia (Fundación Bancaixa, 2002), mencionó que es “el estadio más antiguo de Primera División y su historia ha sido testigo de acontecimientos sociales, políticos, culturales…. y futbolísticos”.

Finalmente, hablaron sobre sus mitos, de sus ídolos de infancia. Marzal rememoró su afecto por Óscar Rubén Valdez, de quien Lloret expresó que “tenía madera de poeta en el campo, ese magnetismo que Curro Romero también tenía en la plaza. Ibas al campo para verlo jugar”.

A veces, literaturizar el fútbol es literaturizar la vida, como hace Carlos Marzal en Nunca fuimos más felices o Lahuerta en La balada del Bar Torino.