Un cómic, la flor de los cerezos y 19 m2 para contar Japón

Julia Cejas presenta «Hanami» el jueves en València, un cómic sobre la sociedad nipona que acaba de llegar a España, pero ya está publicado en Francia y el próximo año, en Estados Unidos  

Portada de "Hanami"

Portada de "Hanami"

Contemplar las flores, en japonés, tiene una palabra: hanami, que es una actividad que los nipones asocian sobre todo a la época en la que florecen los cerezos, con esas estampas llenas de rosa tan inmortalizadas que sirven muchas veces de carta de presentación del país.

Ese rosa, junto al azul que suele contrastar en el cielo durante la primavera, es lo que ha usado como paleta de colores Julia Cejas en su cómic 'Hanami. Tú, yo, 19m2 y Japón' (Norma Editorial, 2023), publicado hace un mes en castellano, pero que el año pasado ya vio la luz en Francia y, el próximo 2024 se prepara para salir a la venta en Estados Unidos.

Este es el primer cómic en el que la ilustradora es la autora tanto de los dibujos, como de los textos y la historia. Antes, en España ya había publicado 'Hanan y Genji' (sallybooks, 2022), junto a Roberto Corroto y con el que fue nominada como autora revelación en el Salón del Cómic de Barcelona. Ahora, su nuevo cómic ya ha llegado a España y el próximo jueves lo presentará en la Librería Bartleby de València.

Afincada en Burjassot, Julia Cejas es murciana pero llegó a València para estudiar Bellas Artes y asegura que ya se quedó. Actualmente trabaja ilustrando las obras de diferentes editoriales infantiles y juveniles.

Hace unos años, se dieron varias circunstancias en su vida y, con una beca y un finiquito, ella y su pareja decidieron cumplir el sueño de ir a vivir a Japón. Estuvieron seis meses y de ahí ha surgido, tiempo después, 'Hanami. Tú, yo, 19m2 y Japón', un relato del día a día allí.

«Somos amantes de la cultura japonesa, los cómics y los videojuegos, y nos embarcamos en el viaje. El cómic cuenta cómo nos conocimos mi pareja y yo en València, cómo decidimos ir a Japón, y cómo es la vida allí, todo en historias cortas, que pueden ser de seis páginas o solo de una, con una ilustración», explica a Levante-EMV.

Son, por tanto, sus dibujos más personales, a los que asegura que tiene mucho cariño y en los que se descifra la cultura nipona, con sus cosas buenas y malas, desde el punto de vista occidental, pero sin prejuicios.

Una de las viñetas

Una de las viñetas / Julia Cejas.

Enmarcado en el género del humor, Cejas explica que el cómic es una mezcla entre «comedia y un diario autobiográfico», más el ‘escenario’ de Japón. «Por un lado, aparece el shock cultural; cosas que salen de los clichés que se ven cuando solo viajas una semana a Japón; y la convivencia con otra persona en un piso de 19 m2», explica la autora.

«Siempre he tenido muchos bocetos e historias en mente y había intentado hacer comics míos, pero el guión se me hacía ‘bola’ y me resultaba complejo. Hablar de mí y de mi experiencia en primera persona, me ha salido más natural», reconoce.

«Me ha ayudado mucho que sean historias cortas, porque va cambiando el estilo o la forma de narrar en cada una, porque tenía libertad… aunque hay un hilo y los capítulos forman parte de un todo», añade.

Sobre el estilo de las viñetas, además de la paleta de tonos azules y rosados que se mantiene en todas las páginas -136 en total- , la ilustradora explica que sus dibujos son «una mezcla entre lo europeo y lo japonés, el clásico y la influencia del manga». De hecho, asegura que hay muchos guiños que los amantes del manga entenderán.

«Cada cosa es sorprendente»

Sobre su experiencia, afirma que los japoneses son «muy educados, pero vergonzosos. Me chocó la incomunicación, pensaba que tendrían más control del inglés, porque ahora con los traductores del móvil es más fácil, pero entonces… También hay muchos olores, y lo pasamos mal con la comida, porque él es celíaco y yo vegana, y en Japón son muy tradicionales», lamenta. 

Pero, evidentemente, no todo fue negativo y también hubo muchas cuestiones que Julia Cejas -y Marc, su pareja, que también protagoniza el cómic- disfrutaron, una fascinación que también ha plasmado.

«¡De Japón me llevé un millón de cosas! Cómo es pasear por allí, porque hay un edificio contemporáneo y, das un paso, y aparece un templo tradicional con un altar. Nunca sabes qué te vas a encontrar, cada cosa es nueva y sorprendente, y lo mismo con la moda, los diseños de la gente son impresionantes», asegura.

Asimismo, para su profesión, la artista reconoce que desde su estancia en Japón, usa más el pincel que la plumilla, «porque es mejor para los gestos y la expresividad. Me gusta más».