Entrevista | Juan Gómez-Jurado Novelista

Juan Gómez-Jurado: "El único premio que habré merecido en la vida es el de fomento de la lectura"

El novelista que más vende en España publica "Todo vuelve" y habla de su éxito como escritor: "lo único que me ha cambiado es que ya no miro el precio del jamón"

Entrevista al escritor Juan Gómez-Jurado

A. Iranzo

Voro Contreras

Voro Contreras

La última novela de Juan Gómez-Jurado -que actualmente pasa por ser el novelista que más libros vende en España, se titula Todo vuelve. Y como todo vuelve, este periódico vuelve a entrevistar a Juan Gómez-Jurado por cuarta vez en cuatro años. Cuando se le plantea que con la cantidad de libros que ya vende, qué necesidad tiene de venir por aquí, contesta con otra pregunta: "¿En estos cuatro años me has visto cambiar mucho?".

Aparentemente, no.

Me puedo cambiar de sudadera o corte de pelo. Pero sigo siendo la misma persona. Si venía aquí cuando lo necesitaba, ¿por qué no voy a venir ahora para daros las gracias? Es lo puto mismo. No voy a aprovechar una posición privilegiada y ventajosa. No es lo que me enseñaron mis padres.

¿Qué se ve desde ahí arriba, desde la cima del autor más vendido en España?

Lo mismo. Vivo en una casa normal con mi mujer y mi perro. Mis hijos están bien, cuidados y felices. No me he cambiado de coche porque no tengo carnet de conducir. Mi única afición es el cine, antes iba una vez por semana y ahora, igual. Lo único en que me ha cambiado la vida es que ya no miro el precio del jamón antes de comprarlo. Tanto a Bárbara (Montes, pareja de Gómez-Jurado y autora con él de la serie de libros juveniles de Amanda Black) como a mí nos gusta trabajar, levantarnos por la mañana, hacer nuestras movidas y por la tarde ponernos una película y verlas juntos. Y así desde novios hasta ahora, que la gente ha decidido comprar nuestros libros.

¿Cómo escritor, conseguida la meta de la popularidad…?

La popularidad es la herramienta más importante para vender libros. No los míos, todos. El único premio que me habré merecido en la vida es el de fomento de la lectura. A mí siempre me ha gustado leer y las sensaciones que tenía de crío cuando cogía un libro son las que quiero transmitir. En ese sentido soy muy egoísta, porque sé que cuantos más lectores haya más libros habrá y más libros serán buenos.

Lo que le quería preguntar es que, una vez conseguida la fama, si lo que le mueve a seguir escribiendo es desafiar al lector o desafiarse a usted mismo.

Hay verdad en las dos cosas, no puedo elegir. Es muy importante para mí desafiarme cuando hago cosas. Cuando a mí se me ocurre una cosa un poco más chalada o más experimental, lo primero que me dice mi editora es que no haga muchas páginas más así. Ella aduce que no vaya a ser que no me entienda una señora de Cuenca. El otro día en la presentación del libro en Madrid pregunté si había alguna señora de Cuenca y una mujer levantó la mano. Cuando le pregunté si lo había entendido todo, dijo que sí. Eso fue muy bonito porque demuestra que si confías en la inteligencia de la gente, las cosas van bien. Al contrario que Mediaset, no se trata de hacer el programa para le espectador más tonto, sino en confiar en que la gente es inteligente.

"Mi secreto es el egoísmo"

¿Se frena usted mismo si se pone cursi o intenso?

Sí, pero eso lo suelo hacer en la corrección del texto porque la historia te lleva por una musicalidad determinada. Pero también lo haces por egoísmo. Cuando me pregunta por el secreto de mi éxito, que siempre me lo preguntan, yo digo que no lo sé, pero estoy mintiendo. El secreto de mi éxito es el egoísmo, escribo los libros que me gustarían a mí porque yo de pequeño pasé mucha hambre. No de comida pero sí de libros, porque no había libros suficientes en casa. Y ese miedo a pasar hambre es el que me ha llevado a escribir. Mis padres veraneaban en Gandia, en Bellreguard, y cuando nos íbamos 15 días yo metía en la maleta todos los libros que podía. Iba a la Biblioteca pero solo me dejaban sacar cuatro libros y tenía que robar más, aunque después lo devolvía. No me gustaba ni la playa ni la arena ni el puto sol de los cojones. ¿Qué iba a hacer 15 días en ese infierno?

También tendría que ser usted un niño rarete. ¿Sufrió bullying?

Sí, claro, muchísimo. Pero esa hambre es la que me lleva a escribir unos libros determinados y ese egoísmo acaba hablando muy mal de mí porque tengo que tener un gusto muy común. Si escribo libros que le van a gustar a un chaval que está empezando a leer y a una señora de 93 años que lo ha leído todo, eso me convierte en una persona de gusto muy común.

¿Es usted mejor lector que escritor?

Como lector soy una mierda. Mis libros favoritos son El Señor de los Anillos, It, La Isla del Tesoro…

¿Entonces debo de deducir que cuando cita a Schopenhauer junto a los Ramones es porque ha pillado la frase de un libro de citas?

Hay una cosa que le toca mucho los cojones a un crítico mío, que es que yo diga que para mí son igual de importantes Hamlet y Bruce Wayne. Yo el canon de Harold Bloom me lo sé entero y lo que dice Schopenhauer también. Pero lo que me gusta es Bruce Wayne. Leo “La broma asesina” igual de rodillas que “Hamlet”.

¿Escribe contra los críticos?

No, ya te he dicho que escribo para mí. La vida se trata de saber lo que eres tú y perseguir tus sueños, seas escritor, un futbolista o un asesino en serie.

Juan Gómez-Jurado.

Juan Gómez-Jurado. / JM López

Eso de perseguir tus sueños es muy de autoayuda. "Dejarse atrapar no es una opción”, dice también la contraportada de su novela. También suena a autoayuda.

A ver, yo como escritor soy antimisterwonderful, pero en la vida real sí que soy muy de tacitas y unicornios. La única verdad que hay en la vida la pronunció Aristóteles: la pregunta que importa en el arte es saber quién soy.

Es lo que hacen Aura, Sena y Mari Paz, conocerse cada vez más a sí mismas conforme avanza la novela.

Sí. Aura va encontrándose con la persona que puede llegar a ser. Y es el crisol de la desesperación la que le pone ante eso. Yo en el caso de ella me hubiera rendido en las primeras páginas de la novela, no hubiera sabido salir de ese atolladero. A mí me cuesta pensar en la solución un mes y ella lo hace en apenas unos minutos.

Sus protagonistas suelen ser más listos que usted. ¿Los envidia?

A ratos. Es lo que dice mi amigo Rodrigo Cortes: me gustaría sabe tocar el violín, que no es lo mismo que tocarlo. Me gustaría saber hacer lo que hacen mis personajes en algunos momentos, pero no sufrir las razones para llegar a eso.

"La adversidad es una mierda"

A Aura, Sena y Mari Paz les une una sociedad o un mundo que está en contra de ellas. ¿Es la adversidad, y no la verdad, la que les hace libres?

La libertad es la capacidad de hacer lo que uno debe en cada momento. Si no puedes hacer lo que debes es que no eres libre. Aura debe estar con sus hijas, pero no puede porque está en la cárcel por un crimen que no ha cometido. La adversidad les une pero no les hace libres. En ficción la adversidad es combustible pero en la vida real es una mierda.

Escribe: "Imagina los barrotes", "imagina la cárcel", "imagina la más sádica versión del castillo de If…" ¿Lo bueno que tiene el thriller es que le permite al lector del siglo XXI imaginar el mal sin moverse del sillón?

La respuesta es un sí, evidentemente, pero te tengo que decir que mis novelas no son un thriller. El thriller es la piel del cordero. Debajo de eso hay muchas cosas, muchas energías, que acaban convirtiendo mis novelas en historias de amor. Aura, Sena y Mari Paz descubren que son la familia encontrada, así que me jode pero tengo que darte ahora la razón con lo que decías antes de la adversidad: ellas descubren que son una familia encontrada y esas son las familias más fuertes. Porque los huesos que se rompen y se vuelven a soldar son los más fuertes.

Volvamos a su éxito como escritor. ¿Le preocupa que en su grupo editorial haya unos cuantos escritores cuya nómina depende de que usted tenga éxito con un tipo de novela que desprecian?

Entendería que se burlasen de libros míos como “Espía de Dios” o incluso de “El emblema del traidor”. Empezaría a enarcar una ceja si se burlara de “La leyenda del ladrón” o incluso con “Reina roja”. Pero por otro lado, me daría igual. Yo tengo la intención de hacer libros buenos y mi talento alcanzará hasta donde alcance. Pero me la suda el resultado. Lo que me alegra es que la gente se compre los putos libros, sean míos o de otros.

¿Se imagina volver algún día Planeta (donde en 2007 publicó "Contrato de Dios") como ganador del millón de euros de su premio?

¿Para qué? Yo soy muy feliz con Carmen Romero de editora. La única manera de volver a Planeta es que la ficharan también a ella. Cuando las cosas nos empezaron a ir muy bien, el jefe de Carmen -que antes nos había dicho que lo que hacíamos de escribir novelas interrelacionadas e independientes al mismo tiempo, no iba a funcionar-, nos puso un contrato delante muy grande para ir más allá de “Loba negra”. Y cuando digo muy grande es muy grande. Y yo le dije: este contrato está muy bien pero tienes que meter a Carmen Romero. Es que nosotros eso no lo hacemos, me dijeron.

Pero se hizo.

Claro que se hizo. Ni que fueran idiotas. Carmen fue la que, cuando fracasé en Planeta, cuando estaba en lo más bajo, confío en mí. Para mí, es como la frase esa de Llamaradas: si caes tú, caemos todos. Ahí está mi cultura y mi moral, en una frase de Kurt Russell.

Juan Gómez-Jurado.

Juan Gómez-Jurado. / JM López

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