Oreja para García Pulido en una mala novillada de Fernando Guzmán en Algemesí

El novillero toledano firma lo más destacado y la divisa madrileña de encaste Santa Coloma vía Buendía defrauda en su debut en la Setmana de Bous 

Todos los carteles de las novilladas de Algemesí

Oreja para García Pulido en Algemesí

Oreja para García Pulido en Algemesí / Moisés Castell/Prensa2

Jaime Roch

Jaime Roch

No hubo materia prima. Faltó la base y la columna del espectáculo. El material para crear lo que se presupone un acontecimiento como es el toreo. Ninguno de los cuatro novillos de la divisa de Fernando Guzmán sirvió. Además, de estar desigual presentada y ofrecer poco (o nulo juego): el primero, de entrada, estaba excesivamente acochinado. El segundo fue huidizo en todo momento. El antitoro podríamos decir. Novillo en este caso. El tercero fue el más fuerte, de kilos y de cara, pero fue un inválido y el cuarto, gracias al acierto del también del debutante García Pulido, se dejó a pesar de estar vacío de todo también. Y para más inri, ninguno de los cuatro del envío fue bajo ni armónico, la máxima de esta sangre que proviene de Cabanillas de la Sierra (Madrid).

Con añoranza, el matador de toros valenciano Manolo Carrión recordaba las importantes ganaderías que se habían lidiado en Algemesí de este encaste Santa Coloma en todas sus líneas: La Quinta, sin ir más lejos, con la que el propio Carrión debutó aquí en 1991; Rehuelga, Flor de Jara o Victorino Martín, Saltillo o Coquilla de Sánchez Arjona que recientemente triunfó en la Setmana de Bous. Pero la Comisión Taurina, organizadora del ciclo de novilladas, apostó por Fernando Guzmán, fundada por Joaquín Guzmán en la década de los años 30. Y no hubo suerte.

Guillermo García Pulido un buen derechazo

Guillermo García Pulido un buen derechazo / Moisés Castell/Prensa2

Pero Guillermo García Pulido, de Castillo de Bayuela (Toledo), que entró en el serial por la vía de la sustitución -suplió a Ismael Martín- pese a ser uno de los novilleros punteros, paseó la única oreja del festejo en el cuarto. Resolutivo, con cabeza y corazón, dio la sensación de ser un novillero hecho, maduro, para más. Y eso que llegaba con la vitola de ser el triunfador del XIII Certamen de Novilladas Alfarero de Oro de Villaseca de la Sagra (Toledo).

Hasta siete pases por la espalda dio a su último novillo, un animal que pese a mostrar una gran falta de fortaleza -en cualquier tirón se caía- aguantó en pie gracias al milagro del temple que imprimió Pulido en cada muletazo. Un final encimista con unas luquesinas vibrantes, un mete y saca y media estocada, puso el trofeo en sus manos. Fue silenciado en su primero chocarse contra un oponente rajado desde el principio.

El ejemplo de Nek Romero

Álvaro Seseña, hijo de José Luis Seseña -el que fuera apoderado del diestro valenciano Tomás Sánchez-, no anduvo fino con la espada. Supo manejar a sus novillos, que no le dieron ninguna facilidad, pero poco más.

Otro momento bonito de la tarde fue cuando, en el descanso, el novillero Nek Romero se tiró del cadafal para hacerle de toro a un niño. Fue una estampa candente de belleza que nadie se lo arrebatará. Se trata de la libertad de sus sueños. 

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