El trofeo Joan Gamper

Estreno del Barça en Montjuïc: de los buses lanzaderas sin cesar a la ilusión de los culés más jóvenes

La mayoría de los aficionados son turistas, que han aprovechado sus vacaciones en Barcelona para vivir un directo un hecho historico para su club

Un grupo de aficionados del Barça esperan el inicio del partido en las afueras del estadio.

Un grupo de aficionados del Barça esperan el inicio del partido en las afueras del estadio. / Jordi Cotrina

Laia Bonals

La plaza de España se ha transformado, por unas horas, en la calle de Aristides Maillol. Los turistas que acostumbran a amontonarse para ver las fuentes de Montjuic o subir hasta las escaleras hoy iban uniformados con los colores del Barça. Casi siempre en pequeños grupos, con muchos niños de la mano. Algunos viven su primer partido del Barça, casi todos ellos debutan en el Estadi Olímpic de Montjuic.

Las torres venecianas dan la bienvenida a los socios que inician el último tramo hasta el estadio. Algunos deciden seguir a la marabunta que se dirige a las escaleras mecánicas. Otros buscan las lanzaderas, tarea harto complicada si no fuera por la eterna cola que parece que nunca se vacía pese al paso de los autobuses. Ni una sola señalización, hecho que lleva a muchos a confundirse y a coger los autobuses de línea también suben a la montaña mágica, aunque tardando más del doble.

Un bus lanzadera camino del estadio antes del partido.

Un bus lanzadera camino del estadio antes del partido. / Jordi Cotrina

A partir de las seis de la tarde, los buses se suceden en la parada sin cesar. Ni un minuto pasa desde que se va uno hasta que otro le hace el relevo. La gente se alegra. “¡Esto tampoco es tan difícil, tío!”, se oye en la cola mientas avanza. Algunos curiosos intentan subir con los autobuses al estadio (solo reservado para quienes tienen entrada) pero son desviados hacia las escaleras mecánicas, la otra gran vía de acceso al estadio. 

El día perfecto

La mayoría de los aficionados son turistas, que han aprovechado sus vacaciones en Barcelona para vivir un directo un hecho historico para su club. Sin embargo, hay otros que han decidido convertir este día en un momento especial. Es el segundo partido de Jan viendo al Barça. Es culé desde pequeñito. “¡Hace años!”, dice con una amplia sonrisa, y mira que tan solo levanta un par de palmos del suelo. De hecho ni sabía que venía. Su padre, Joan, ha decidido que hoy era el dia perfecto para sorprender a su peque, que ha venido a Barcelona desde Gavà engañado y se ha encontrado de golpe en la fila para subir al estadio con la camiseta puesta. 

Subo a la lanzadera a las 18.34 horas, con previsión tal y como había pedido el club. Muchos culés, obedientes, hacen lo mismo para llegar a tiempo a la presentación oficial del equipo, que empieza a las 19.10. Nada más entrar Mónica está al volante. Es la segunda vez que hace el trayecto, la primera ha sido hace unos minutos, en su primera “excursión” al nuevo templo culé. “Es como un dia más”, admite. “Hay líneas que ya tienen recorridos parecidos y acostumbras a tener mucha carga de pasajeros”, relata. Mientras se va encaminando hacia el campo, sigue el mapa que tiene en el salpicadero, con el recorrido marcado en boli. No les han hecho ninguna formación especifica para el despligue del club azulgrana a Montjuic, aunque dice que tampoco hace falta. 

Un joven aficionado en la grada del Estadi Olímpic.

Un joven aficionado en la grada del Estadi Olímpic. / Jordi Cotrina

Tardo ocho minutos de acera a acera. Un trayecto que se hace corto, pese a la temperatura interior. “¿Se nota el aire por ahí detrás?”, pregunta Mónica sin mucho exito. Cuando bajo del bus veo a Josep y Pol, abuelo y nieto, intentando hacerse un selfi con el campo de fondo. Me ofrezco a ayudarles, a cambio de unas módicas preguntas que resuelven encantados. Han subido a Montjuic para ver el ambiente, pero sin entrada. Pol es muy fan del Barça, como se puede comprobar por su gorra con el escudo enorme del Barça. Les encanta Ter Stegen, pese a que el nieto lleve la camiseta de jugador de campo. Se le iluminan ojos mientras les acompaño a la entrada, con algún que otro puchero a escondidas por no poder entrar. Lo que no sabe Pol es que, unos minutos despues, su abuelo iba a sacar un par de entradas del bolsillo e iba a sentarse en su asiento en el estadio de Montjuïc, el nuevo templo azulgrana. 

El compromiso del Barça con la sostenibilidad es firme para su traslado a Montjuïc. Además de un plan de mobilidad para que el aficionado se desplace hasta su nueva sede en transporte público o a pie, la entidad azulgrana, junto con la la empresa que gestiona el estadio, han implementado una medida de restauración. Todas las bebidas se serviran en vasos de plastico reutilizables, que tienen un precio de 2,5€ que le seran retornados al aficionado en caso de devolver el vaso.

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