Ford garantiza el trabajo en Almussafes en la transición al coche eléctrico

La multinacional asegura que el Kuga se fabricará hasta 2029 o 2030, lo que permite mantener la carga de producción hasta 2026, cuando llegue los eléctricos

Un Kuga, en el centro, en producción el pasado verano en Ford Almussafes.

Un Kuga, en el centro, en producción el pasado verano en Ford Almussafes. / Miguel Angel Montesinos

El horizonte de Ford en la planta valenciana de Almussafes se mira en una clave: la de los coches eléctricos que la multinacional tiene previsto que desembarquen en la factoría a partir de 2026. Es un proceso de electrificación que se enmarca -más allá de la obligación fijada por la Unión Europea de que los fabricantes no puedan vender coches de combustión a partir de 2035- en una estrategia de la firma a nivel continental, que dará sus primeros pasos este año en Colonia (Alemania) con el lanzamiento del Puma 100 % eléctrico y el de otro SUV de tamaño medio que empleará para ello la plataforma MEB de eléctricos de Volkswagen.

Sin embargo, esta línea de futuro no impide que la marca tenga que tener también en mente cómo y, sobre todo, cuándo se llevará a cabo la desaparición de los modelos de combustión que hoy tiene en fabricación, un escenario en el que el Kuga -el actual pilar de producción de Almussafes- tiene previsto aguantar hasta 2029 o 2030. Así lo explicó este lunes en declaraciones al 'Financial Times' el jefe de la división eléctrica de Ford en Europa, Martin Sander, quien después de aclarar que los actuales coches de combustión se fabricarán "mientras nuestros clientes los quieran", se mostró claro afirmando que "por el momento, nuestro plan es mantener a Puma y Kuga hasta 2029 o 2030”.

De darse finalmente estos plazos -y salvo que la multinacional decidiera llevarse a otro lugar la producción de un Kuga que ha supuesto para Almussafes 153.000 de las 245.000 unidades totales producidas en 2022- el mantenimiento de este modelo SUV coincidiría durante al menos cuatro años con la presencia de eléctricos en la factoría (modelos de los que todavía no hay ninguna confirmación oficial). No es un detalle menor si se tiene en cuenta que en marzo se dejarán de producir los monovolúmenes S-Max y Galaxy (quedándose solo la furgoneta Transit, sin fecha de finalización, y el propio Kuga en producción), una realidad que sumada a la menor necesidad de trabajadores para fabricar vehículos eléctricos -hasta un 40 % menos, según han reconocido desde la cúpula de la multinacional- obligará a la negociación de un Ere a partir de ese primer trimestre del año entre empresa y sindicatos de los trabajadores. Mantener el Kuga implica garantizar buena parte de la carga de trabajo, sobre todo hasta la llegada de los eléctricos en 2026.

Producción de coches en Ford Almussafes, el pasado verano.

Producción de coches en Ford Almussafes, el pasado verano. / Miguel Angel Montesinos

Ganancias en dos años

Más allá de la continuación del Kuga y del Puma, Sander también destacó en torno al proceso de electrificación que Ford "espera obtener ganancias en la rama europea de su unidad de automóviles eléctricos [Ford Model e] en 2025", un año en el que ya estará en marcha una tecnología propia -no dependiente de Volkswagen y que en Europa estará únicamente en marcha en Almussafes, con la plataforma GE2- que en palabras de Sander resultará "muy versátil" y "muy competente".

Por otro lado, el dirigente destacó que si la Comisión Europea decide aplicar reglas más estrictas sobre las emisiones de los motores a partir de 2025, esto tendría "consecuencias dramáticas para toda la industria" y obligaría a la firma a tomar decisiones "pronto", entre ellas, por ejemplo, la reducción de las variantes en los motores o, incluso, "que uno de los otros productos [de combustión interna] se dejará de fabricar antes".

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