El desplome de ventas en Europa que ha parado Ford Almussafes

La multinacional, pese a la leve mejora que vive respecto al duro 2022, ha perdido más de un 46 % de las matriculaciones en el Viejo Continente que tenía en 2019, pasando de ser la cuarta firma más vendida a estar fuera de los diez primeros puestos

Fabricación de vehículos en Ford Almussafes, el año pasado.

Fabricación de vehículos en Ford Almussafes, el año pasado. / Miguel ángel Montesinos

Las habitualmente abarrotadas líneas de fabricación de Ford Almussafes viven esta semana un parón productivo. En esta ocasión, a diferencia de lo que sucedía durante los tiempos de la pandemia o del estallido de la guerra en Ucrania, este hecho no ha venido ligado a la falta de suministros. Tampoco hay un expediente de regulación temporal de empleo (Erte) en vigor ni es una jornada de descanso veraniego. El motivo tras esta detención es económico. En concreto, no es otro que el desplome continuado en las ventas de la firma del óvalo en Europa, continente en el que su posición otrora destacada cada día resulta más endeble.

La explicación de la parada, que afecta a la fabricación de vehículos, pero no a la producción de motores en la factoría valenciana y que sigue a la reducción productiva que ya se vivió a finales de septiembre en las instalaciones, la daban hace escasas semanas a este diario fuentes del sindicato mayoritario en la planta, UGT-Ford. Y esta no era otra que ajustar la capacidad productiva al nivel de ventas de la compañía, en clara ralentización conforme va avanzando el año.

Bajada en ventas

Es lo que demuestran los últimos datos publicados por la patronal europea de los fabricantes de vehículos, ACEA, correspondientes a los ocho primeros meses del año. En ese periodo, Ford acumulaba unas matriculaciones entre los 27 países de la Unión Europea, Reino Unido y los EFTA (Islandia, Noruega y Suiza) de 351.922 unidades, un 7,4 % más que en un 2022 que para la firma del óvalo fue de amplia caída. Hasta ahí llegan todas las buenas noticias en esta materia.

Fabricación de vehículos en Ford Almussafes, el año pasado.

Fabricación de vehículos en Ford Almussafes, el año pasado. / Miguel ángel Montesinos

No en vano, la mejora se ha sustentado prácticamente en las casi 100.000 ventas que se han dado en las islas británicas, uno de los mercados más fuerte de la compañía en los que aún es un gigante. Sin ellas, la crecida únicamente se queda en un 2 %, dentro de una tendencia que además va a la baja tras un buen arranque de ejercicio. En este sentido, el mes de agosto fue uno de los que más caída experimentó (-9,8 %) en las matriculaciones de la empresa en el Viejo Continente y la evolución de cara al cierre de año no apunta en una dirección mejor si se hace caso a paradas de fabricación como la actual en Almussafes.

La gran caída desde 2019

Sin embargo, el gran desplome de Ford en lo que a ventas se refiere viene de más lejos, apreciándose claramente si se compara con los registros de antes de la covid-19. Entre enero y agosto de 2019, sin ir más lejos, la marca estadounidense vendía entre la UE -con Reino Unido incluida aún en estos datos de la ACEA- y los EFTA un total de 654.779 vehículos. Eso es casi el doble (-46,2 %) de lo que ha anotado en los primeros ocho meses de 2023 y una pérdida muy relevante si se pone al lado de la de un fabricante similar en ventas hace cuatro años como Peugeot.

Fabricación de vehículos en Ford Almussafes, el año pasado.

Fabricación de vehículos en Ford Almussafes, el año pasado. / Miguel ángel Montesinos

Como prueba, en aquel momento, la marca francesa vendía solo 10.000 coches más que Ford. Hoy esa diferencia se ha abierto casi hasta las 96.000 unidades solo hasta agosto pese a haberse mermado su negocio también. En otros casos como los de Kia o Dacia, lo que ha sucedido directamente es un adelantamiento por completo. Todo ello se ha traducido en que Ford ya no es el cuarto fabricante con más ventas en Europa, sino que ha quedado relegado al puesto 12º.

La electrificación

Y mientras esa caída se produce, el futuro de la planta de Ford Almussafes -que ha perdido en el último año y medio tres de sus cinco modelos en fabricación- sigue sin perfilarse. Desde hace meses se espera que la multinacional anuncie cuándo y cómo se producirá la inversión que permitirá fabricar coches 100 % eléctricos en la factoría, aunque de momento ese horizonte sigue sin concretarse. Y la preocupación de una plantilla que tras el ERE de abril se va a quedar en mínimos históricos -según han venido reconociendo en los últimos tiempos desde UGT- cada vez es más alta.

Fabricación de vehículos en Ford Almussafes, el año pasado.

Fabricación de vehículos en Ford Almussafes, el año pasado. / Miguel ángel Montesinos

La planta más grande de la firma en EE UU se suma a la huelga

Y mientras la situación de las ventas de Ford en Europa se encuentra a la baja, al otro lado del Atlántico la marca ve como el impacto de la huelga de trabajadores se agrava. En concreto, este miércoles el sindicato United Auto Workers (UAW) decidió ampliar sus paros a la factoría más grande que la multinacional tiene en Estados Unidos, la de Kentucky. 

En este sentido, UAW señaló que desde la noche del miércoles, los 8.700 trabajadores de esta planta abandonarían sus puestos. En las instalaciones de la misma se lleva a cabo, según explicó EFE, la producción de los modelos de camionetas «pickup» Serie F Super Duty así como los todocaminos SUV Ford Expedition y Lincoln Navigator, que representan algunos de los vehículos más rentables de Ford. Además, la marca tendría al año con la fábrica de Kentucky unos ingresos de unos 25.000 millones de dólares (unos 23.533 millones de euros). 

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