Ford Almussafes pierde cuatro veces más trabajadores que las fábricas europeas desde 2019

La situación que rodea a Ford Almussafes dista de ser ideal. El principal motivo radica en que, a día de hoy y más allá de noticias positivas como la participación de Ford en la segunda convocatoria del Perte VEC, aún no se conoce cuándo ni cómo la multinacional estadounidense llevará a cabo la inversión que permitirá a la planta valenciana fabricar modelos eléctricos puros. La incertidumbre ante este hecho es manifiesta, especialmente entre unos trabajadores que saben que este proceso es un aval irrenunciable para que haya un futuro para la factoría. Una garantía, eso sí, que aunque se dé traerá consigo una reducción de la plantilla por la menor mano de obra -hasta un 40 % menos- que necesita la producción de este tipo de vehículos en relación a los coches de combustión. Y todo ello se dará tras años en los que Almussafes, debido a la evolución de los mercados y sus ventas -con modelos desaparecidos, incluso- a la baja, ha sufrido muchas más pérdidas de empleo que la industria del sector en Europa.

Según los últimos datos publicados por ACEA, la patronal europea de los fabricantes de vehículos, el año 2021 -el último con registros- se cerró con 2,43 millones de empleados en la producción de vehículos en todo el continente. Eso, respecto a 2019, suponía una pérdida de más de 100.000 puestos de trabajo, equivalente a un 4,8 % sobre el total. No obstante, la situación de la planta valenciana en ese tiempo fue mucho más dramática.

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En ella, a cierre de 2021 -según los datos ofrecidos por el sindicato mayoritario de la factoría, UGT- había 5.950 trabajadores tras vivirse dos expedientes de regulación de empleo (ERE) ese mismo año y en 2020. Si se tiene en cuenta que en 2019 había 7.258 empleados, eso supone que perdió hasta un 18 % de su plantilla. Comparativamente, por tanto, Almussafes se dejó por el camino casi cuatro veces más trabajadores entre 2019 y 2021 que la media de la industria del sector en el Viejo Continente.

Un nuevo ERE este año

Y no solo eso. Porque con la salida de los modelos S-Max y Galaxy -que se sumaron a la del Mondeo un año antes- de las líneas de producción de la planta el pasado abril, Ford llevó a cabo un nuevo ERE que acabará reduciendo hasta en 1.100 personas la plantilla de la factoría, quedándose en su mínimo histórico con en torno a 4.650 empleados, la mitad que los 9.300 que había en 2015. No es, sin embargo, la última noticia negativa que ha asolado a la fábrica.

Porque la próxima semana Almussafes parará por completo su producción de los dos vehículos que todavía resisten, la furgoneta Transit -cuyo futuro no parece apuntar más allá de los primeros meses de 2024- y el Kuga, el único superviviente hasta la llegada de los eléctricos. La razón tras esta parada completa, según explicó UGT a mitad de septiembre, era el ajuste de la capacidad de fabricación al nivel de unas ventas de la compañía que no pasan por su mejor momento en Europa.

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Bajada productiva

Esta falta de actividad tendrá, además, un impacto directo en una producción de vehículos ya de por sí lastrada respecto a los registros de 2022. Hasta septiembre, sin ir más lejos, de las instalaciones de Almussafes han salido 163.457 vehículos, casi un 14 % menos que en los nueve primeros meses del pasado ejercicio (189.599). Son datos lastrados, más allá de por la menor cantidad de modelos, por la caída especialmente de la Transit, de la que se han producido 45.048 vehículos, un 20 % menos.

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