La nueva norma europea de envases y residuos pone en alerta a la cadena alimentaria

Organizaciones agrarias, industrias, cadenas de distribución y la hostelería reclaman una mayor «armonización, certidumbre jurídica y medioambiental» a las instituciones de la UE

Proponen priorizar la viabilidad técnica antes que las restricciones para garantizar la funcionalidad óptima de los envases

La gestión de envases de plásticos y otras materias y su reutilización cambia con el nuevo reglamento de la UE.

La gestión de envases de plásticos y otras materias y su reutilización cambia con el nuevo reglamento de la UE. / L-EMV

José Luis Zaragozá

José Luis Zaragozá

La última fase en la tramitación del Reglamento de Envases y Residuos de Envases por parte de la Unión Europea en este arranque del año 2024 ha puesto en vilo a toda la cadena agroalimentaria de España, una actividad que, más allá del sector primario, afecta de lleno a 30.000 empresas de alimentación y bebidas, 25.000 tiendas y 300.000 restaurantes y hoteles que operan en todo el Estado, según constata un informe de la asociación española del gran consumo Aecoc.

Las organizaciones que forman parte de la cadena de valor del envase solicitan tres medidas técnicas para que sean tomadas en consideración en la última fase de tramitación legislativa del Reglamento de Envases y Residuos de Envases, los llamados trílogos de la UE (es decir, los grupos informales que se crean para cada una de las propuestas legislativas y que están integrados por tres miembros: uno de la Comisión, otro del Parlamento y un tercero de la presidencia del Consejo), que han comenzado esta semana pasada. 

Certidumbre jurídica

Estas medidas, según explican desde las entidades de la cadena alimentaria española (que integra a organizaciones agrarias como Asaja, UPA y Coag; a Cooperativas Agroalimentarias; Fepex, las patronales de la gran distribución Aces, Anged, Asedas y de la industria de alimentos y bebidas, Fiab, entre otras) «darían certidumbre jurídica y medioambiental a la economía y a la sociedad europeas».

La cadena de valor del envase asegura que está «comprometida» con un mayor impulso al modelo de economía circular puesto en marcha en Europa hace casi una década para que en 2030 todos los envases puestos en el mercado sean reciclables y sus residuos sean adecuadamente reciclados y tratados. Además, indican que están comprometidos a introducir avances reales en la prevención y reutilización de los envases.

En busca de armonización

En opinión de las asociaciones españolas de la cadena alimentaria, «una legislación armonizada aporta beneficios medioambientales al reforzar los argumentos comerciales a favor de los envases circulares innovadores y las nuevas tecnologías debido al mayor mercado potencial y a la reducción de los costes operativos y administrativos. Sin embargo, hoy en día las empresas europeas se enfrentan a requisitos nacionales divergentes en materia de envasado, etiquetado e información, así como a prohibiciones de materiales de envasado».

La gestión de envoltorios afecta a 30.000 firmas alimentarias y de bebidas, 25.000 tiendas y 300.000 de hostelería

En ese sentido, consideran que una legislación armonizada evitaría barreras a la libre circulación de bienes y tendría beneficios medioambientales al reducir los costes operativos y administrativos. «Las empresas europeas no deberían enfrentarse a requisitos nacionales divergentes en materia de envasado, etiquetado e información ni a prohibiciones de materiales de envasado por país. Pedimos -destacan- que los objetivos del Reglamento sean comunes y sin margen de que los Estados miembros puedan modificarlos, estableciendo así certidumbre en la presente normativa».

Objetivos de reutilización

Una segunda medida técnica que reclaman todos los eslabones de la cadena alimentaria española a la UE es que la circularidad de los envases pasa por la reutilización «pero siempre teniendo en cuenta el ciclo de vida completo del envase, caso a caso y analizando las particularidades y naturaleza de cada sector».

En este aspecto, insta a las instituciones europeas a tener en cuenta la diversidad de modelos de distribución que conviven en Europa y las consecuencias a la implantación de sistemas de recogida y reutilización en cuestiones como la movilidad y contaminación urbana o el uso del agua.

Consideran discriminatorio limitar envases a hortalizas y frutas para su transporte y venta al público

Desde España se debería tener en cuenta la importancia del transporte de los alimentos y otros productos sin elaborar, que también necesitan envases y que en muchas ocasiones no pueden ser reutilizables. «Se debería incluir la posibilidad de exenciones a los objetivos de reutilización en los envases de un solo uso, si demuestran un mejor comportamiento ambiental teniendo en cuenta aspectos como el análisis de ciclo de vida. Y que los objetivos de reutilización para las bebidas también puedan cumplirse a través del rellenado», agrega.

Restricciones

Un tercer aspecto que reclama todo el sector alimentario español es que se tenga en cuenta que cada tipo de envase «desempeña un papel fundamental», lo que implica que cualquier restricción a la comercialización de determinados tipos debe tener en cuenta la función, la disponibilidad de alternativas y el impacto económico y medioambiental de la restricción».

Reclaman mantener sin cambios la redacción de la propuesta de texto de Reglamento de la Comisión Europea, que permite la agrupación de envases en aquellos casos que se utilizan para presentar productos juntos para una mejor logística y comodidad para el cliente final dadas sus características de consumo.

Y consideran urgente definir y trabajar con el sector la propuesta que incluye limitaciones específicas para el envasado de las frutas y hortalizas, ya que se está realizando de una «manera discriminatoria, desproporcionada y contraproducente para un sector tan importante para España». 

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