Cambio de tercio

Permítanme el juego de palabras del título de esta columna en referencia a la profesión de la que probablemente es la figura más mediática de Vox en la Comunitat Valenciana, Vicente Barrera, que apunta a ser vicepresidente de la Generalitat y conseller de Cultura. Al margen de esta alusión, es evidente que asistimos a un cambio en el signo político de las instituciones valencianas tras el resultado de las elecciones celebradas el pasado 28 de mayo. Hemos conocido durante la semana los términos del acuerdo de gobierno alcanzado por PP y Vox. El reparto de competencias indica que será Vox quien controle la Conselleria de Agricultura, que se desvinculará de la parte medioambiental y de lucha contra el cambio climático a la que ha estado unida durante los próximos años. En el momento de escribir estas líneas, no es conocido el nombre del próximo conseller o consellera, si bien hay conjeturas y se han apuntado diversas posibilidades. Quizás para cuando me estén leyendo, ese nombre ya sea conocido.

Lo que sí que es de dominio público es el contenido de los 50 puntos del acuerdo de gobierno, que incluye un apartado específico para «mundo rural, agua y patrimonio». En él se habla de defensa del patrimonio medioambiental y natural, de protección del mundo rural y de los agricultores, de fomento del relevo generacional, de lucha contra los robos en el campo, de defensa de los trasvases, de la expansión de los regadíos y de garantía de los servicios públicos en el entorno rural. Habrá que ver de qué forma se concretan estas propuestas, tanto en medidas como en dotaciones presupuestarias.

En cualquier caso, lo que es seguro es que se abre una nueva etapa de interlocución con la Administración autonómica, que esperamos que sea fluida y fructífera, como lo ha sido en el pasado con independencia del signo político de aquellos que han ocupado las instituciones. Las cuestiones que atañen al sector agroalimentario son, a nuestro juicio, temas en los que debería existir un consenso total, por encima de las siglas políticas y los cambios de Gobierno, que permita desarrollar políticas a medio y largo plazo que ofrezcan respuestas efectivas a los problemas y necesidades de agricultores y cooperativas. Desde la máxima lealtad institucional y con nuestra capacidad de diálogo como bandera, trabajaremos para que así sea.

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