El Extra de Levante-EMV desvela que ya había Fallas en el Siglo XVIII

La revista que se regala mañana con el ejemplar del periódico muestra un trabajo de Tomás Miralles Muñoz en el que aparece la referencia más antigua a una falla plantada en la calle

El Extra de Levante-EMV desvela que ya había Fallas en el Siglo XVIII

El Extra de Levante-EMV desvela que ya había Fallas en el Siglo XVIII / moisés domínguez. valència

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

El Extra de Fallas de València de Levante-EMV llega mañana, sábado a los quioscos. Gratis, con el ejemplar del diario. Lo más prudente habrá sido reservarlo, porque, literalmente, «nos los quitan de las manos». A lo largo de sus 156 páginas se desgranan toda suerte de reportajes de los que su particular hinchada ya ha estado pendiente. Será el momento de ver plasmados para la posteridad los viajes de las Embajadoras: las increíbles experiencias de falleras mayores y cortes de honor a Lisboa, Asturias y Morella. También de guardar los bocetos -Levante-EMV ofrece todos los bocetos y, además, comentados uno a uno-, las fotos de falleras mayores y presidentes infantiles y los reportajes de actualidad o históricos de la fiesta fallera.

Detengámonos, en este sentido, con uno de los documentos más importantes que se podrán leer en el Extra de Fallas.

Los investigadores merecen un agradecimiento eterno por las aportaciones que van haciendo a base de mirar, remirar y hasta descifrar antiguos legajos. Pues bien, uno de ellos va a permitir, y así se va a desvelar, que las Fallas aún son más antiguas.

¿Cuál es el origen de las Fallas? Es confuso y mezcla muchas tesis. ¿Cuando aparecieron las Fallas tal como las conocemos? Tampoco está fijado. Pero, como si de un récord de pértiga se tratara, una investigación del miembro de la Academia Valenciana de Genealogía y Heráldica, Tomás Miralles Muñoz, va a sorprender porque retrasa notablemente, hasta el Siglo XVIII, la primera referencia de las Fallas.

Apalizado por destrozar una "falla"

Es un relato apasionante, surgido de un «atestado» que ha encontrado y en el que se narra cómo un joven arriero fue agredido por chocar su carro con una falla. En el relato, la Falla se nombra con toda la naturalidad del mundo, lo que quiere decir que, como tal, estaríamos echando aún más atrás el origen de la fiesta. Y por si hay alguna duda: el relato del incidente se fecha un 19 de marzo.

En el trabajo se desvelará el año en que ocurren los hechos. Una auténtica joya documental en la que se reproduce el informe para enriquecer una publicación necesaria para engrosar la biblioteca de la fiesta.

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