Una Sección Especial que liquida una etapa de estabilidad

La máxima categoría de la fiesta fallera llega a su día grande con la defensa del primer premio por parte de Exposición-Micer Mascó ante varios aspirantes que le acechan y con la mirada puesta en el año que viene, donde el tablero de artistas registrará múltiples cambios

La Falla Exposición-Micer Mascó defiende el primer premio

La Falla Exposición-Micer Mascó defiende el primer premio / F. Calabuig

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

Es el gran día de la fiesta fallera. València es un polvorín en fallas. Hoy estarán plantadas todas y serán calificadas. Es un día en el que, visualmente, se produce una de las sensaciones más increíbles que pueda ofrecer una sociedad -el llamado «mayor festival de arte efímero del mundo»- y, por otra parte, es el día de las mayores alegrías y mayores frustraciones. Más allá del debate de hasta qué punto las participantes, las comisiones, hacen todo lo que tienen que hacer por la parte artística, por la falla.

El caso es que la máxima categoría es la que acaparará mayor interés. Finaliza no sólo la plantà, sino todo el previo, en el que las comisiones tratan de exhibir las virtudes de sus candidaturas -con su dosis de sobreactuación-. Y ahora depende todo de un jurado que montarán entre el presidente y el secretario de la JCF. Y la Especial llega con la sensación de fin de ciclo. No en lo que son los monumentos.

De cara a un futuro inmediato no se atisban cambios porque todos están instalados en una forma de entender la falla de la que nadie se atreve a salir: grandes composiciones, sobre todo abiertas en abanico, y con una cantidad ingente de elementos de tamaño medio. Un auténtico puzzle de figuras corpóreas, de ejecución intachable, pero que en no pocas ocasiones da sensación de inabarcable. Tanto, que desaparece la condición de «figura icónica», que pervive en la memoria.

Ciclo agotado

El cambio llega por esa sensación de ciclo agotado. A lo largo de los años, antes incluso de pandemia, artistas y comisiones se encontraban a gusto y pasaban los años renovando sus compromisos. Pero todo va a cambiar en 2025, especialmente con la no continuidad de Pere Baenas en Convento. A partir de ahí se mueven las fichas. A Convento irá -salvo sorpresa- David Sánchez Llongo, y Exposición se traerá a Salva Banyuls y Néstor Ruiz. Pero es que Cuba-Literato Azorín también tendrá que buscar artista al no continuar Vicente Martínez, algo que se prevé que ocurra en Almirante Cadarso.

El tapete quedará bastante cambiado. Pero en el presente, la sensación es que las corrientes de favoritismo se mantienen en el mismo sitio que el año pasado. Falta, en todo caso, ver la digestión del nuevo artista de l’Antiga para volver a auparlo a la zona noble. Exposición defenderá el triunfo del pasado año de los ataques de una Plaza del Pilar que busca la victoria con desesperación (cuatro subcampeonatos seguidos) mientras Convento llega con el rodillo de ser la que más dotación y, por extensión, falla, lleva. Na Jordana aprieta para dar la sorpresa, Cuba siempre es caja de sorpresas... y será difícil acertar el veredicto.